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Voto de EuTheRocker:
7
Drama En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto plantea un gran dilema: si la paz llega antes de que se apruebe la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, decenas de miles de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para ... [+]
21 de enero de 2013
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Steven Spielberg, el rey Midas de Hollywood, decidió tomar el libreto de Tony Kushner, y hacerse cargo de este proyecto, que pese a su título, no trata tanto de la vida de uno de los presidentes más queridos de EEUU, como de su cruzada por lograr la aprobación de la 13ª enmienda que aboliría la esclavitud en Norteamérica.

Ante esta premisa, y conociendo la filmografía de Spielberg, muchos podrían esperar un ensalzamiento patriótico a costa de iconizar y endiosar la figura de Abraham Lincoln con grandes dosis de sentimentalismo manipulador y demagogia barata. Sin embargo, y aquí reside la grandeza de la película, el director de "La lista de Schindler", presenta una nueva faceta en su tono formal, y sorprende a más de uno con una recreación sobria y bastante rigurosa de los entresijos de la alta política, que procura dejar las pasiones y las emociones al margen.

Esta lealtad a la historia, redunda en un excelente retrato de un ex-presidente, que no se presenta como un héroe, pero sí como un icono. Spielberg, no muestra el lado más oscuro de Lincoln, algo que habría sido de agradecer; pero tampoco busca su grandeza con discursos almibarados. En esta ocasión, el genial director, prefiere presentarnos a su protagonista como un símbolo vigente en nuestra sociedad actual para la que capean tiempos oscuros. Lincoln es un referente moral, cargado de honestidad, que pretende ser ese gobernante firme que se erija como líder para conseguir vencer los problemas que acucian a la sociedad. Un discurso extrapolable a nuestra actualidad más reciente, cargada de corrupción en las altas esferas dirigentes.

Toda esta presentación viene cargada de una vista minuciosa a los entresijos de la alta política, observados desde un prisma riguroso que convierte la narración en un ejercicio de complejidad que requiere la atención del espectador para no perderse en la marejada de nombres, partidos, y leyes. La narración puede resultar farragosa para todos aquellos que no estén mínimamente iniciados en los tejemanejes de la política estadounidense de la época, y es cierto que se podía haber exigido un poco más de puesta en escena para ubicar fácilmente a todo tipo de público; pero esa veracidad y rigor son de agradecer en un director que suele ser criticado por sus ataques emocionales al estómago del espectador.

De esta manera, la película se articula alrededor de un sensacional Daniel Day-Lewis que compone su enésima obra maestra; un claro ejemplo de mimetismo y arduo trabajo actoral. Todo ello acompañado de un reparto de lujo en el que no desmerece ninguno de sus actores, centrando la atención en una soberbia Sally Field, que esboza un papel no sólo de mujer del presidente, sino de madre adoradora y sacrificada; y un espectacular Tommy Lee Jones de peluca imposible y mirada impenetrable. Sin embargo, y pese al excelente trabajo actoral, se podía haber trazado mejor el perfil de algunos de los secundarios que desfilan en pantalla, pues aparecen a lo largo del metraje varios personajes con carácter episódico que no terminan de estar bien matizados y por desgracia no llegan a aportar nada a la historia, como es el claro caso de Robert, el hijo mayor del presidente. Un error que afecta notablemente al ritmo de una película que no resulta fácil de seguir por si misma.

Spielberg se sube al carro del rigor, y lo hace con una narración correcta en lo formal; con un discurso sobrio y moderado, aunque en ocasiones excesivamente intrincado; con unos personajes principales magistrales y unos secundarios dubitativos por momentos; una banda sonora excelsa a cargo de John Williams; y la fotografía siempre sensacional de Kaminsky. Sin embargo, y pese a agradecer ese cambio de estilo que esboza su nueva película, y como comentario para cerrar esta crítica, no puedo evitar apuntillar, que me parece excesivo el reconocimiento, en forma de nominaciones sobre todo, que esta recibiendo esta cinta, pues pese a su excelencia en el acabado; su interior no deja de ser una maquinaria fría que no termina de levantar pasiones en el público medio, pues esta carente de un poco de riesgo y afán de sorprender.
EuTheRocker
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