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Voto de EuTheRocker:
6
Thriller. Romance Nick, un joven surfista, cree que todos sus sueños se han hecho realidad cuando va a Colombia a visitar a su hermano. En un ambiente idílico de lagunas azules y blancas playas, Nick se enamora perdidamente de la bella María. Todo parece perfecto hasta que Nick conoce al tío de la joven, un tal Pablo Escobar. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta curioso como funciona el mundo de Hollywood. Hace unos años, cuando disfrutaba de la serie "Entourage (AKA El séquito)", el personaje de Vincent Chase, se enfrentaba al complicado rodaje de una cinta en la que encarnaba al famoso narcotraficante Pablo Escobar. Durante esos episodios, y observando la caracterización que en la serie hacían de Vincent para el papel, siempre pensaba para mis adentros: "si algún día alguien decide rodar este proyecto, el protagonista debería ser Benicio Del Toro". Cual fue mis sorpresa al descubrir la existencia del título sobre el que ahora escribo.

Con esto, no quiero decir que considere al actor de origen puertorriqueño encasillado en papeles de héroe o villano relacionados con el mundo de la droga, ni mucho menos. Pero sí considero que a la hora de dar vida a personajes capaces de manipular todo aquello que está a su alrededor con una simple mirada, Benicio no tiene rival. Estamos ante un actor de raza, de mirada suspendida en el tiempo, capaz de congelar la sangre con un simple gesto, o de templar corazones con un parpadeo. Uno de esos intérpretes capaces e levantar proyectos con su sola presencia, gracias a un carisma que, además, trasciende la pantalla.

Y esta vez, no es menos. Poniéndose en la piel del sanguinario Pablo Escobar, esa suerte de Robin Hood nacido bajo el poderoso y denigrante mercado de la droga, Del Toro compone una de esas interpretaciones potentes que desbordan al espectador por su excelencia, a la vez que es capaz de pasar por la pantalla mostrando una economía de histrionismos que congelan la sangre ante la sobriedad de un personaje que más que con las palabras, es capaz de dominar su entorno por la enorme complejidad de su mirada. Una mirada violenta que, gracias al excelente trabajo del actor hispano-norteamericano, sienta las bases de lo que sin duda es el gran punto fuerte de "Escobar: Paraíso perdido".

Pero no es cuestión de menospreciar la labor tras las cámaras en su debut del también actor Andrea Di Stefano, pese a que peque de falta de riesgo durante casi todo el metraje. En esta, su ópera prima, el italiano deja a Benicio a los mandos del barco, para que sea él el que navegue la película por las aguas del éxito. Porque si bien estamos ante un título capaz de mantener el ritmo durante sus 120 minutos, lo hace a través de un thriller tópico cargado de situaciones y puntos comunes con otros títulos ya conocidos. Sin poner nada nuevo bajo el sol, Di Stefano solventa la papeleta con una cinta que se sabe entretenida y que, además de en la interpretación de Del Toro, tiene otra de sus bazas en la excelente partitura de Max Richter, compositor que este año ha saltado a la palestra para muchos gracias a su excelente trabajo en la interesante serie "The Leftovers".

Todo lo demás, está a la sombra de Del Toro. Carlos Bardem, convence en su papel de villano; y Josh Hutcherson y Claudia Traisac, ponen el punto juvenil y romántico a una película que parece pedir a gritos un poco más de profundidad en la psicología criminal de sus personajes. Ahondar con más ganas en las motivaciones de estos personajes, o en las implicaciones morales de sus actos, sintiéndose por momentos que el personaje de Pablo escobar se salva por la interpretación de Del Toro, más que por el trasfondo que no aparece en el guión. Una película que podía haber sido mucho más, si no hubiera vivido de las mieles de uno de esos actores que convierten el trabajo de los intérpretes en un arte hecho para el disfrute.
EuTheRocker
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