Partamos de un principio básico a la hora de enfrentarnos ante esta película. No podemos esperar una obra maestra; no se trata de una cinta cargada de metafísica y diálogos existenciales; nadie saldrá del cine impresionado por la profundidad de los personajes y sus conflictos existenciales... "Cowboys & Aliens" es entretenimiento plano. Su única pretensión es llenar nuestras mentes de luces y sonido durante la duración del metraje, y una vez franqueemos la salida del cine, no recordar apenas detalles de lo que hemos visto.

De esa premisa surge lo nuevo de Jon Favreau, un realizador de filmografía mediocre que nos regala un homenaje a dos de los géneros más fértiles de la historia del cine. Sin embargo, su western no está revestido de tonos crepusculares; sus alienígenas no son seres muy inteligentes; y por tanto, su fusión resulta más un homenaje a la serie B de ambos géneros que a grandes obras maestras recordadas por todos. Que nadie busque atisbo de neuronas en un guión adrenalítico cargado de acción, pero ausente en lo que a historia se refiere. Personajes vistos 10000 veces (caciques, pieles rojas, forajidos venidos a menos, etc), chistes previsibles, y unos efectos especiales decentes conforman el entramado de esta cinta. Una lástima que Daniel Craig, actor al que tengo en estima por sus papeles como 007, se vea arrastrado a esta clase de cine. Sin embargo hay que mencionar que su papel es más que correcto, al igual que el del resto del reparto. Incluso Harrison Ford, otrora grandiosa estrella del cine hollywoodiense y actualmente ligeramente estrellado, resulta convinvente.

Quizás el mayor defecto de la película es que se toma demasiado en serio a sí misma, donde quizás, un tono más autoparódico habría hecho que el film ganase puntos. Por tanto, el producto final es un homenaje entretenido que hará las delicias de los menos exigentes, y que provocará indeferencia a los más avezados.