Después de ver esta película, me pregunto cómo es posible que un medio como el cine que mueve tanta gente y tanto dinero siga apostando siempre por el mismo producto sin ningún tipo de vergüenza ni decoro. Claro que yo no soy empresario y lo mismo pasa con la televisión, medio capaz de explotar la misma fórmula hasta sacarle la mayor rentabilidad posible. Si en un programa de corazón invitan a la nietísima del caudillo para dar su opinión sobre otro señor, la audiencia ya está servida; el cine funciona igual, salvo contadísimas excepciones, sólo que en este caso el anzuelo es la pareja protagonista Cruise-Cameron.
En fin, un producto aburrido que, más allá de la anecdota de haber sido rodado parcialmente en España no ofrece absolutamente nada. Vamos, cine para no pensar que más que no pensar, lo que provoca es enfado. No tiene gracia hacer siempre la misma película cambiando de título, uno se siente estafado. Las escenas de acción remiten a las de la saga Misión Imposible y el humor, pues bueno, resulta tan manido e infantil que ni siquiera merece que nos paremos en él. Más de lo mismo...Me viene a la cabeza la frase que nos soltaba un profesor de latín cuando no atendiamos: quo usque tandem abutere patentia nostra?