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Voto de Quatermain80:
7
Cine negro. Drama Solly Caspar es un gánster que se ocupa tranquilamente de sus negocios porque tanto el alcalde como el jefe de policía se han dejado sobornar por él. En vísperas de unas elecciones, Caspar asesina a un periodista que lo hostigaba continuamente desde las páginas de su diario. Mientras tanto, el candidato a alcalde, que es un político reformista, hace una durísima campaña contra el crimen organizado. Entonces Caspar, temiendo perder el ... [+]
31 de marzo de 2012
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de ser curioso que siendo Allan Dwan uno de los directores estadounidenses que durante más años trabajaron -desde el mudo, datando su primer largometraje de 1914, hasta el sonoro y el color, estrenando su último filme en 1961- esta sea la primera vez que veo una película suya, más aún si se tiene en cuenta que se estima que trabajó en más de 400 películas (él reivindicaba unas 600), siendo la mitad de ellas cortos de la época muda.

"Ligeramente escarlata" aborda el característico ambiente de corrupción de una pequeña ciudad en la que un hampón local domina el ayuntamiento, la policía y los principales negocios, pero también trata con considerable énfasis las dicotomías morales que tal situación genera, estableciendo comparaciones entre personajes que tratan de ilustrar las diferentes actitudes, si bien no siempre logra el guión dejar claras sus intenciones, por lo que el espectador puede confundir indefinición con ambigüedad. Pese a ello, resulta interesante Ben Grace, subalterno del hampón local, que más allá de la mencionada ambigüedad, resume con su proceder esa triste realidad que expreso en el título, siguiendo a Lampedusa y su príncipe de Salina, aportando así un considerable pesimismo al filme. Quizá el único personaje que permanece a salvo es Jansen, así como el editor cuyo asesinato precipita los acontecimientos. Por el contrario, la contraposición de las dos hermanas, aunque muy resaltada en la película, se resiente por el desequilibrio mental que se achaca a Dorothy, despojándola así de culpabilidad y desvirtuando su perfil de "mujer fatal".

Formalmente la película es notable, conteniendo secuencias narrativamente eficaces, en las que la definición del carácter de los personajes es lo importante, muy por encima de las acciones que realizan. Pero lo que verdaderamente destaca en el plano técnico es la fotografía, a la que se puede aplicar la misma máxima del título. Su responsable es John Alton, un maestro del blanco y negro que siempre destacó por sus soberbias y dramáticas iluminaciones, llenas de puntos de luz indirectos, consiguiendo así un protagonismo impresionante de los rostros o del aspecto que el realizador deseaba resaltar en el plano; en este caso, hace uso del color, y aunque esto es un cambio fundamental, él sabe utilizarlo de tal modo que logra mantener los mismos efectos citados. Así, frente a las secuencias luminosas y coloridas rodadas en exteriores, las interiores y nocturnas recurren a esos mismos focos de luz indirectos, ensombreciendo todo salvo aquello que más interesa mostrar (magníficos ejemplos son las secuencias del hampón cuando habla en su despacho con Ben, o la del asesinato del editor).

Por lo demás destacar la interpretación de ese magnífico secundario que es Ted de Corsia, interpretando al hampón, y de Arlene Dahl, que aporta complejidad, desequilibrio y sensualidad a Dorothy, superando claramente a la otra pelirroja, una Rhonda Fleming que, eso sí, resulta muy atractiva.
Quatermain80
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