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México México · Guadalajara, Jalisco.
Voto de David:
5
Drama. Comedia Bob Harris, un actor norteamericano en decadencia, acepta una oferta para hacer un anuncio de whisky japonés en Tokio. Está atravesando una aguda crisis y pasa gran parte del tiempo libre en el bar del hotel. Y, precisamente allí, conoce a Charlotte, una joven casada con un fotógrafo que ha ido a Tokio a hacer un reportaje; pero mientras él trabaja, su mujer se aburre mortalmente. Además del aturdimiento que les producen las imágenes y ... [+]
2 de octubre de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exacto: nada. En esta película no sucede nada. Coppola ya nos lo había hecho una vez, y confié en que siendo la hija de quien es, era difícil que tropezara dos veces con la misma piedra. Pero para nada. Es SU cine y le vale un sorbete si la gente está perfectamente bien con ello o por lo contrario lo odian hasta el punto de quererlo borrar de la fas de la tierra. No ve su cine -nisiquiera pretende hacer creer que lo ve- desde la perspectiva de un gran número de estratos socio-culturales de público para transformarla así en una película redonda, no; Sofía hace su cine para sí misma, y si a ti como espectador te gusta su trabajo, pues ella estará más que contenta con ello, pero si no, a ella NO LE IMPORTA. Y ese, desde mi punto de vista, es el gran, gran error de Sofía.

La vi con las increíbles esperanzas que un Oscar en la categoría de mejor guión original son capaces de brindar. El metraje comenzó y poco a poco me fui metiendo por (el que creí que era) un hermoso viaje visual por los rincones de la capital de un país tan peculiar como japón. Sin embargo, conforme pasa el tiempo el cerebro va exigiendo algo de trama para hacer llevadero lo que estás viendo, cosa en la que Lost in Translation cae en picada hasta estrellarse y morir estrepitosamente.

El ritmo pausado que tanta gente defiende de este film me pareció intolerable y soporífero. Vemos escenas en las que Scarlet observa todo a su alrededor, sin emitir comentario alguno, simplemente paseando sus ojos por aquel retrato del japón más cliché que mis ojos jamás vieron antes. Entonces, aquello se extiendo diez, quince, veinte segundos. Y cuando Coppola cambia de escena, queda la terrible sensación de: "¿20 segundos desperdiciados en... nada?". Como sea. Más tarde vienen momentos en los que la vemos compartir escena con Bill Murray. Escenas en las que muestran algunos detalles de los personajes. Él es un actor muy famoso y está en Japón aburriéndose como una ostra, harto de una vida que parece no ofrecerle nada nuevo. Y Scarlet está en Japón, inmiscuida en un matrimonio que no la llena ni un poquito de lo que creía. Ok, eso suena interesante. Pero son sólo 15 minutos de interés, nada más. Y es a la vez muy molesto, porque casi siempre se hablan en murmullos y es difícil capturar y mantener una atención real en el postrado espectador que ha esperado tanto tiempo por algo de diálogo, por algo de trama.

Y cuando casi al final Lost in Translation se destapa como una película de romance entre estas dos persona, a mí ya no me importaba realmente. Y cuando quería fingir que me seguía importando, los soporíferos diálogos de estos personajes rígidos y fríos que lo más cercano a emoción real que muestran es una tímida sonrisa, me vuelven a sorprender con sus murmullos y su increíble capacidad somnífera.

En conclusión. Lost in Translation es originalmente el guión de una mujer que cree que dejar deducir al espectador una trama casi inexistente es bueno. Muy bueno. Bien por ti, chula.
David
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