Dejad de ver la película unos 10 minutos antes de que acabe. El final es como todos los finales que sucumben ante el sistema patriarcal que nos oprime a todas las mujeres y que vivimos tanto en occidente como en oriente. Este es un ejemplo más, como la muerte de Anna Karenina ideada por Tolstoi, o el suicidio de Madame Bovary ejecutado por Flaubert. La cosa está en que esta película subvertía la religión desde dentro e incluso se llega a explicar que el judaísmo no condena el lesbianismo, quizá por lo muy olvidadas que estamos las mujeres y lo invisibilizadas que están nuestras relaciones afectivas, pero no lo condena. No hay nada de lo que sentirse culpable ni avergonzarse. Y parece que nuestras jóvenes amantes lo entienden perfectamente, haciendo planes y viviendo su amor. Aquí acabaría la historia si todo mantuviera coherencia. Pero supongo que el director se vería presionado a dar un desenlace conforme a los estándares y las demandas de la sociedad, y al final una de las dos acaba casándose y ellas continúan siendo amigas. Ese mismo patriarcado que por sus ideas mataba a Karenina, acaba separando y casando a estas dos amantes. Si nunca le mostramos historias con final feliz no acorde al heteropatriarcado, ¿cómo va a cambiar la sociedad y aceptar estas cosas como un hecho totalmente natural? Por mucho que la tradición pese en su religión y sociedad, la más absorbida por el judaísmo es capaz de quererla sin sentir vergüenza o miedo, mientras que la que se suponía más liberal sucumbe ante la rígida norma. Vamos, lo de siempre. Los marginados estamos destinados a fracasar, nos lo dicen desde todos los sitios. Pero la realidad amigos, es muy distinta, El siglo XXI ha llegado a muchos sitios para quedarse.

Eso sí, el lograr hablar del lesbianismo y de que no está condenado me dio cierto gozo, así como la relación de ambas. Una pequeña victoria, un gran "fuck the system" que luego el director deliberadamente decide olvidar.