El largometraje adapta el escape de tres individuos de una de las prisiones federales de máxima seguridad de Estados Unidos, rodeada de frías aguas y fuertes corrientes qué hacían de Alcatraz, un lugar del que resultaba casi imposible escapar.

Es bastante llamativo contemplar las condiciones de los presos en esta cárcel, desde su ingreso, los privilegios que se les otorgan, hasta las constantes revisiones de los guardias en sus celdas. A pesar de ello, nuestro protagonista se las ingenia para ser la cabeza de la fuga, a través de favores e inteligentes estrategias logra conseguir todo lo necesario para llevar a cabo una escape histórico, que a pesar de el paso de los años sigue siendo un misterio.

La cinta crea una atmósfera triste, con una paleta de colores fríos que recrean la sensación deprimente de estar privado de la libertad en un lugar como Alcatraz, además hace manejo de planos a detalle que relatan la importancia de algunos objetos y nos facilitan la comprensión de momentos cruciales de la fuga. Otro aspecto e resaltar es que a pesar del análisis y preparación minuciosa de Frank Morris a cada detalle del plan, hay una tensión incesante mientras se está llevando a cabo, tensión transmitida al espectador complementada por la presencia de solo sonidos ambientales.

A mi parecer es una película muy entretenida, que motiva a los espectadores a saber un poco más del tema, tanto que gracias a esta adaptación al cine la cárcel es ahora una de las atracciones turísticas más importantes de San Francisco, después del Golden Gate. El reparto escogido le da su propia esencia a los personajes, liderado por Clint Eastwood quien nos regala una de sus mejores interpretaciones.