Hamlet de Laurence Olivier, es un drama que adapta la famosa obra del mismo nombre de William Shakespeare. Dirigida con un ritmo solemne y con un estilo que se basa totalmente en la obra del dramaturgo inglés, es una cinta impecable que cautiva y hace conocer la genial historia de forma magistral. Realizada de modo excelente, tiene un resultado soberbio que gusta a los cinéfilos clásicos y a los buscadores de grandes obras adaptadas.
La fotografía en blanco y negro, hace gran uso de los claroscuros, y tiene muchas imágenes lúgubres que son idóneas para la trama, siendo por tanto evocadora y estéticamente decorativa. La música, es espectacular al usar acertadamente sonidos clásicos de orquesta que acompañan la acción según es requerido, estimulando al público con inquietantes melodías. Y los planos y movimientos de cámara, completan una admirable labor técnica utilizando el avanti y retroceso, primerísimos, grúas, detalles, reconocimiento, barrido, seguimiento, ascendente y descendente que sacan lo mejor de una historia inigualable.
Las actuaciones, son lustrosas en su simulación de interpretaciones de teatro. Con Laurence Olivier lustroso en un papel con profundidad psicológica, y convincentes acompañamientos de Jean Simmons, Basil Sydney, Eileen Herlie, Felix Aylmer y Terence Morgan entre otros. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones elaborados notablemente y alusivos a la época en cuestión, al igual que los apropiados decorados que transportan en una magnífica dirección artística.
El guion, escrito por el mismo director y adaptado de la obra del mismo nombre, es trágico como pocos y desde luego único, al sobrevivir durante siglos sin perder interés o calidad. Absorbiendo al público generación tras generación con un extraordinario trabajo necesario de descubrir. Y que es llevado a cabo con una narrativa con voz en off de algunos de los protagonistas antigua y lírica, haciendo crecer la intriga con oscuridad. Y destacando también el eficaz montaje lineal y seguido, que no se hace pesado en absoluto.
Concluyendo, la considero un clásico imprescindible e imperecedero en el séptimo arte de obras adaptadas, por su calidad y por llevar a la pantalla una historia que sobrevive aún con el paso de los siglos, y que además está llevada a cabo con maestría y buena intención. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, música, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de Hamlet, un film con 4 oscars entre ellos el de mejor película, que avalan su resultado y que gustará a los cinéfilos clásicos en general.