Speed: Máxima potencia de Jan de Bont es una película de acción basada en un autobús que pasando de 50 km/hora activa una bomba que explosionará si baja de esa velocidad. Dirigida con un ritmo desenfrenado y con un estilo que se centra en la acción pura y dura, es una obra que mantiene al público expectante desde que empieza hasta que acaba, ya que su trama es apasionante y arrolla con todo a su paso, no dando un minuto de respiro al ser impetuosa y desde luego implacable, cautivando con mucho acierto a todos los seguidores del género. Realizada de forma portentosa tiene un resultado irresistible para los seguidores de la acción.
La fotografía tiene imágenes impactantes y alusivas que gustan por su violencia y que dan espectáculo al film, llamando la atención del público y añadiendo emoción al film. La música es excitante y enardecedora al emplear sonidos estimulantes que acompañan la acción de modo magistral, concluyendo una labor alentadora para el espectador. Los planos y movimientos de cámara completan una dinámica labor mediante el uso del avanti, grúas, cámara en mano, aéreos, panorámicos, reconocimiento, travellings, primeros planos y detalles que exprimen lo mejor de la acción. Cabe destacar también los efectos de sonidos espectaculares que recibieron un oscar y los visuales que son asombrosos en las explosiones.
Las actuaciones son cualificadas y verosímiles. Como protagonistas Keanu Reeves está convincente en una irreprochable labor, Sandra Bullock está susceptible y emocional y Dennis Hopper brillante como psicópata descontrolado, siendo creíbles los acompañamientos de Joe Morton, Jeff Daniels, Alan Ruck y Glenn Plummer entre otros. Emplea para estos unos vestuarios y caracterizaciones alusivos según el personaje, que varían de ser comunes de ciudadanos por un lado y de policías por otro y que, junto con los pertinentes decorados, te transportan de modo amenazador al film.
El guion, escrito por Graham Yost, es emocionante y sustancioso al mostrar una trama absorbente que exhibe una historia repleta de acción que hace disfrutar plenamente a los amantes del género, cumpliendo con una alarmante tarea que hace sentir la constante amenaza a la que están sometidos los protagonistas. Esto se lleva a cabo con una narrativa expresiva e insidiosa que añade intriga e inquietud al film en un sugerente trabajo que cumple con su cometido.
En definitiva, la considero una de las cintas de acción imprescindible de los 90, por mantener eficazmente al público expectante durante todo el film con acción de la buena y una banda sonora que te deja sin aliento. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, efectos, movimientos de cámara y vestuarios que vuelven a Speed, un film estupendo para disfrutar en familia, que tiene todos los componentes necesarios para entretener y apasionar a todos los públicos.