Carmina y amén de Paco León es una comedia negra y dramática secuela de Carmina o revienta. Dirigida con un ritmo calmado y con el estilo particular y subjetivo del director, es una obra que muestra fielmente el retrato de una parte de la sociedad que lucha con mucha picardía en las adversidades cotidianas de la vida, llevándolo a cabo con una mezcla de humor negro y característico de su tierra que hace reír a todo aquel que sepa comprender dicha picaresca. Realizada de modo arrollador tiene un resultado ingenioso que merece la pena ser descubierto.
La fotografía es humilde y desde luego muy sugerente al mostrar imágenes idóneas para la historia que están repleta de detalles típicos del lugar. La música es variada y característica de la tierra, pero es utilizada en pocas escenas, más bien solo al principio y al final del film. Los planos y movimientos de cámara completan un trabajo técnico informal muy apropiado a través del uso de la cámara en mano, generales, primeros planos, detalles y seguimiento.
Las actuaciones son apropiadas y competentes. Como protagonistas Carmina Barrios vuelve a interpretar en su línea habitual en una genuina labor y María León continua también con su personaje susceptible que se deja llevar por su madre, siendo creíbles los acompañamientos de Paco Casaus, Yolanda Ramos, Estefanía de los Santos, Manolo Solo y Mari Paz Sayago. Emplea para estos las dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones modestos pero pertinentes a cada uno de los personajes en una correcta labor.
El guion, escrito por el director, aunque tiene toques incoherentes se basa en la picaresca de muchas familias de barrios humildes que tiene que recurrir en ocasiones al engaño para tirar adelante, aunque en esta ocasión añada grandes dosis de comedia negra para hacer reír con una disparatada historia al espectador y hacerle pasar un rato hilarante. Esto se lleva a cabo con una narrativa alusiva por el acento al lugar que es sencilla y efusiva, además de variada, dependiendo del personaje y por supuesto recurriendo a los tópicos.
Para finalizar, la considero una obra que complementa a la anterior y que sigue la misma línea marcada por el director, dando un paso adelante y una vuelta más de tuerca a la insólita vida de Carmina y de todos los que la rodean. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, movimientos de cámara y narrativa que hacen de Carmina y amén, un film ácido y divertido por las descabelladas situaciones que pasan los protagonistas.