Los becarios de Shawn Levy, es una comedia que no llega a cautivar al espectador en ningún momento. Dirigida con un ritmo vigoroso, es entretenida a ratos, pero cargante en otros, ya que no llega a enganchar ni divertir más que en unas pocas ocasiones, y solo entretiene y no siempre, siendo en definitiva una película previsible e insustancial.
Usa una fotografía lumínica y colorida, en la que destaca la visión de una empresa como Google desde sus entrañas, siendo vistosa y agraciada. Y la música, es sugerente y llamativa, con sonidos de grupos modernos que encajan bien en la trama, y en el tipo de personajes juveniles que representan la cinta, exceptuando a los protagonistas.
Las actuaciones, son genuinas por momentos, pero en líneas generales son pasadas de rosca y fuera de contexto, estando carentes de humor en gran parte del film, sobre todo los principales Owen Wilson y Vince Vaughn, y son capacitas y oportunas las de Rose Byrne y John Goodman. Usando diálogos simpáticos y alusivos, que entretienen por las marcadas diferencias de costumbres que tienen los protagonistas con el resto de becarios.
El guion, escrito por el actor Vince Vaughn, es divertido y jocoso por la historia en sí, pero al argumentarla va perdiendo fuelle, tanto por las interpretaciones, como por carecer de algo distinto, o al menos con el suficiente gancho para captar la total atención y emoción de los espectadores, siendo totalmente predecible y más propia de un film de los 90.
Para concluir, destacar los vestuarios y caracterizaciones que son insinuantes a los becarios y los protagonistas según su condición y forma de ser, y una ingeniosa y trabajada labor de cámaras, que ayuda al espectador a saber apreciar, las increíbles instalaciones que tiene Google, que literalmente son de envidiar.
Pero en líneas generales, es un film que no pasa de ser ameno y entretenido, que solo divierte a ratos, y que como mucho, es para pasar un rato agradable en familia. Ya que la emotividad que intenta transmitir no es efectiva, al igual que el humor que gasta, que ya está pasado de vueltas y lo considero sobrante. Por lo que es, en definitiva, una obra superflua y carente de interés.