Poco o nada aporta la película de Pablo Malo a la realidad de lo acaecido en el asesinato de Lasa y Zabala, etarras huidos a Francia tras cometer, al menos, un atraco en una entidad bancaria con tan sólo 18 años, e integrantes de la rama militar (las más dura y sangrienta de la organización terrorista), a manos de miembros de la Guardia Civil del cuartel de Intxaurrondo.

Como el propio director señala, la película no va más allá de los HECHOS PROBADOS de la Sentencia dictada que no fue revocada ni en los Tribunales españoles, incluido el constitucional, ni en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que ratificó la sentencia y las condenas a los miembros de la Guardia Civil, entre los que se encontraba el Gobernador Civil y el famoso Coronel Rodríguez Galindo, principal artífice de la lucha antiterrorista contra ETA en aquellos años de intenso activismo terrorista.

Lo único que deja claro la Sentencia es que el día 16 de octubre de 1983 JOSÉ ANTONIO LASA AROSTEGUI y JOSÉ IGNACIO ZABALA ARTANO, ambos reconocidos integrantes de un comando perteneciente a la Organización terrorista ETA-militar, fueron secuestrados por miembros indeterminados de la Guardia Civil en la localidad francesa de Bayona y que fueron transportados a España e interrogados por tiempo indefinido.

Importante señalar que las duras escenas de torturas que aparecen en la película no fueron probadas, y por lo tanto es una licencia que se toma el director de la película, lo cual no quiere decir que no se les torturara, como señalaba la acusación particular. El único indicio de torturas fue un informe de un médico forense contratado por la propia organización criminal ETA a instancias del mismo Letrado de la organización terrorista y aunque existe una clara presunción de que se produjeron, nadie fue condenado por un delito de torturas en el presente caso.

La película, por tanto no aporta nada nuevo. El terrorismo de estado existió, e incluso el Ministro del Interior, Sr. Barrionuevo ingresó en prisión por el secuestro e intento de asesinato de un ciudadano francés, Segundo Marey, también archiconocido por la opinión pública.

La película da por tanto un testimonio interesado de la Sentencia, que insisto no reflejó ningún delito de torturas, y no resuelve ni explica la situación de España en aquellos años, como los atentados indiscriminados de la organización terrorista ETA a la que pertenecían los asesinados, la Guerra sucia contra los miembros de la organización terrorista orquestada y financiada por el Estado, ni tan siquiera el porqué cumplieron una mínima parte de su condena los principales autores.

Para mí, muy decepcionante la película, porque estos hechos deberían analizarse en profundidad para que nunca más ocurran, y ahora que ETA ha dejado la lucha armada, me parece totalmente extemporánea la película. Supongo que dentro de unos años se revisarán estos hechos en una nueva película que sí entre en profundidad, estilo la exitosa JFK norteamericana, o "En el nombre del padre" en el Reino Unido.

Me ha decepcionado, aunque por su valor histórico y como testimonio para que no se vuelvan a producir hechos de esta índole en un estado democrático de derecho, le doy un aprobado, 5.