Con un planteamiento muy original, en el que el trasfondo está compuesto por los arquitectos de New York, King Vidor presenta una gran película de fuerte mensaje y grandes actores. Como film se disfruta como sólo puede hacerse con ciertos clásicos que logran unos ambientes imposibles en la actualidad. Veo, sin embargo, un par de fallos que la bajan del pedestal de las grandes. El primero es el tratamiento machista que hace de las relaciones hombre-mujer. Entiendo que es una cuestión de la época, pero ante mis ojos, que la mujer sea vista como un animal salvaje a domar por el hombre, hace que el resultado desluzca. Por otra parte el mensaje individualista radical que la película enarbola. La masa no es algo ajeno a nosotros, está compuesta, muy al contrario, por cada uno de los seres que hay sobre la tierra. Es necesario que el conjunto actúe a una, como un ente afinado y bien organizado. Ahora bien, también es necesario que cada individuo que la compone tenga la suficiente libertad como para alcanzar los logros que la masa (a la que pertenece) necesita. En El manantial, el protagonista interpretado por Gary Cooper, abomina de la masa y sólo se preocupa por el resultado final de su trabajo. Si éste es bueno o no para el común de los mortales poco le importa.