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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil Ambientada en el mítico mundo de los rudos vikingos y los dragones salvajes, y basada en el libro infantil de Cressida Cowell, esta comedia de acción narra la historia de Hipo, un vikingo adolescente que no encaja exactamente en la antiquísima reputación de su tribu como cazadores de dragones. El mundo de Hipo se trastoca al encontrar a un dragón que le desafía a él y a sus compañeros vikingos, a ver el mundo desde un punto de vista totalmente diferente. [+]
22 de febrero de 2011
9 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando la obviedad y lo previsible marca cierta tendencia uno intenta destramar tanta linealidad con otro tipo de lectura. Eso es que si uno piensa como espectador del futuro (ese que irá a la filmoteca a disfrutar de “Show girls” y la filmografía de Uwe Boll) intenta revisitar las películas, comerciales o no del pasado, dentro de un contexto social-político que deje entrever el comportamiento de sus productores, guionistas y directores. “Cómo entrenar a tu dragón” se ha convertido, por méritos propios, en una exitosa cinta de animación en 3D que da entender el comportamiento de su propia productora, DreamWorks. Eso es que en el concepto animado había quedado ‘anexorada’ a la sombra de Pixar y sus producciones parecían al rebufo de apuestas pasadas revividas por el iconoclasta concepto de lo ‘políticamente incorrecto’. Cuentos revisados desde el lado ‘verde’ del chiste, películas de superhéroes y fórmulas vistas para sentencia han sido parte de superfluas respuestas condenadas a la visión de la taquilla como futurible franquicia.

“Cómo entrenar tu dragón” no sobrepasa ese concepto, es una película que argumentalmente se ha visto hasta la saciedad: conflicto paterno-filial de la imposibilidad de seguir con la estirpe, enfrentamiento frente a las costumbres milenarias de la tribu y, finalmente, amistad (¿y romance?) incondicional con una ‘especie’ de la ‘tribu’ enemiga. Incluso visualmente alguno de sus pasajes aéreos parecen sacados de la reciente “Avatar”.

La ‘dragonización’ de una trama simple con diálogos más apañados que de costumbre podría tener una vertiente política, pensado como aquel espectador de futuro que estará exento de una historia de la que es participe. Aquí hay un gran dragón oscuro y desconocido como las entrañas del abismo pero al mismo tiempo pone los ojos del gatito con botas de “Shrek”. Lo importante es evolucionar en un mundo de involución y poco diálogo. El enemigo tiene que ser aniquilado sin importar sus auténticas intenciones y sin saber qué es realmente quién maneja los hilos.

‘Todo lo que sabemos de vosotros es mentira’, parece ser la frase que enlazarán con wikileaks dentro de 50 años aunque realmente si los dragones fueran con palestinas sería mucho más creíble. Para empezar, existe un entorno adverso con una población, que vive en una tierra que ha adoptado como suya (aunque suyo era todo el mar), y que es asediada por unos violentos dragones palestinos explosivos… capaz de asesinar a niños y mujeres para satisfacer sus intereses. El pueblo, por lo tanto, es belicoso por necesidad de supervivencia. Los vikingos (israelíes) tienen recursos pero los dragones palestinos hambre y, al parecer, mucha mala hostia. Les faltan armas de destrucción masiva pero tiene mandíbulas, garras y lanzallamas incorporado. La guerra de sus padres pronto pasará a ser de las futuras generaciones que no la ven clara, pese a tener que escoger bandos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maldito Bastardo
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