La película comienza con la princesa rusa Leia rusa cazando a un miembro del ejército imperial nazi en los bosques moscovitas de Endor. Los malos van en moto (no voladora), los buenos a caballo. Así es el comunismo.
El borrachín gracioso, colaborador de la princesa, comprueba al registrar al cadáver del soldado imperial lo único que tienen en común con los nazis: también son unos borrachos.

Así empieza "Días de gloria" que descubre que los americanos también tenían algo en común con los rusos aparte de sus inclinaciones etílicas: un enemigo conjunto, los nazis malísimos de la muerte.

Aunque en las primeras secuencias el ambiente es bastante cómico (involuntariamente) con frases del tipo "Los hombres no deberían estar en la cocina", que escupe una mocosa rusa que esconde otras perlas memorables incestuosas, el ambiente es bastante chungo en el encierro táctico-forzoso de sus protagonistas.
Así que esa aparente felicidad, humor con momento musical incluido de los primeros minutos se transforma en un filme bélico que se decanta por el dramón patriota-soviético sobre héroes y sacrificios. En una historia de guerrilleros amateurs con sed de venganza, sangre nazi y con historia romántica en el conjunto. Y sin pasar de la hora y media de metraje.

Tampoco esperen mucho ver los bosques de Endor salvo unos exteriores montados en plan Ed Wood pero con cualité by Tourneur y con nominación al Oscar por sus efectos (especiales). Pocas veces unas pantallas, tantos interiores, multitud de petardos e insertos en el montaje han hecho tan creíble una guerra.

Filme menor de un todo terreno que se recuerda más por ser el debut de Gregory Peck. Se deja ver y tiene sus momentos, aunque no es reivindicable como otras joyas del autor. Simplemente interesante por el tema, la nacionalidad del filme y el uso del fuera de campo para retratar el horror y la tragedia.