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España España · Sevilla
Voto de Lemmytico:
9
Drama Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un informativo nocturno, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su popular programa. Sin embargo, antes de abandonar la cadena, ante el asombro de todos, Beale anuncia que antes de irse se suicidará ante las cámaras, pegándose un tiro en directo en ... [+]
21 de marzo de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película, injustamente olvidada a mi entender, que puede presumir de esa rara virtud que pocos consiguen: sublimar perfectamente el espíritu de su tiempo y, a la vez, resultar imperecedera. Lo cual la eleva a estatus de clásico.

Estamos en 1976, momento en el que el neoliberalismo (en sentido no sólo económico, sino también civilizatorio) empieza a asomar la cabeza, alzándose sobre dos derrumbes: el de las ilusiones revolucionarias de los 60 y principios de los 70 por un lado, y el del viejo capitalismo corporativo y paternalista por otro. La peli refleja maravillosamente cómo una nueva generación de tiburones mandarán a paseo todos los escrúpulos, la moralidad, la ley y todo lo que es bueno o simplemente humano, sacrificándolo en los altares del éxito y el dinero. El desprecio por el pasado, por las creencias y las ideologías, el énfasis en el aquí y ahora, en la urgencia desmemoriada... todos los polvos de los que vienen los actuales lodos en su misma génesis.

No obstante, también es una película sobre los derrotados del nuevo sistema: los ya mencionados rivales del capitalismo fordista y los revolucionarios de los 60, quienes son incapaces de resistir el empuje de los jóvenes neoliberales y que, de hecho, no pueden evitar verse arrastrados, e incluso literalmente seducidos por el nuevo orden. Pero también los propios jóvenes depredadores, que se revelan como víctimas del sistema que han contribuido a crear.

El reparto está simplemente colosal. Poco más se puede añadir, salvo resaltar la que quizá sea la mejor actuación de Faye Dunaway, que personalmente me gustó más aún que en "Bonnie y Clyde".

En fin, puro cine de la gran generación norteamericana de los 70, que con tanto éxito consiguiera mezclar atrevimiento rupturista, aprendizaje bien asimilado de los clásicos y crítica social no lacrimógena. Que pena que un director de tanto talento como Lumet (y otros muchos de su generación, como Pollack) vendieran su alma a partir de los 80. También es esto la película es premonitoria.
Lemmytico
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