El amor entre Paul Newman y Joanne Woodward surgió en el seno de "The long hot summer", tras lo que se consolidó un idilio que duraría 50 años. La tensión sexual y el deseo entre los dos personajes es evidente, al igual el orgullo de Woodward que le lleva a querer lo prohibido y sucio. Por otro lado, el personaje de Newman brilla y evoluciona, construyendo al típico pillo que en realidad tiene la cabeza amueblada y labra un futuro.
Dejando de lado el romanticismo, en mi opinión el personaje más interesante de analizar es del de Welles, figura paterna déspota y autoritaria, retratado en todas sus facetas, aportando la solidez sobre la que gira la película.
La verdad, que en filmes como este se pueden retratar termas muy interesantes de la condición humana, desde la envidia, el odio, la avaricia, el deseo de control, el amor, el inseguridad, y sobre todo la familia.
Altamente recomendable com ejemplo de cine amplio y rotundo.