John McTiernan vuelve a coger el timón y John McClane vuelve a subir a lo más alto. Es un resumen de la película, ínfimo, pero es la realidad. Después de una primera entrega magnífica vino una segunda que, lejos de ser la basura que muchos dicen que es, sí es cierto que estaba muy por debajo en calidad. En ésta tercera, quién lo iba a imaginar, la franquicia vuelve a retomar el vuelo, tanto que casi alcanza a la original.
En este aspecto hay mucho debate entre los fans. ¿Cuál es mejor, la primera o la tercera? Cada uno tiene su preferida. Personalmente no sabría decir. Le tengo un apego inmenso a ambas y también me hacen viajar en el tiempo a otra época que guardo con gran cariño. Sin duda, y en esto coincide todo el mundo, todas las demás, desde la segunda hasta las siguientes que llegaron después, están muy lejos en comparación.
La historia vuelve a tener esa esencia que quizás se perdió un poco en la predecesora. Aquí se siguen unos acertijos que llevan a nuestro héroe de Nueva York y su acompañante a recorrer toda la ciudad sin cesar. Una de sus mayores virtudes es que no decae el ritmo en ningún momento, llevando al espectador de una cosa a otra y siempre manteniendo el nivel. Es, probablemente, la más adictiva de la saga en ese sentido.
Pero la gloria se la lleva el reparto principal, el cual funciona a las mil maravillas. Bruce Willis está acompañado de Samuel L. Jackson, actor increíble donde los haya, representando un papel, Zeus, sensacional. Ambos forman una dupla genial que funciona perfecta, tanto que ha conseguido traspasar el propio tiempo y perdurar en el recuerdo de todos. Tienen mucha química y éste es el claro ejemplo de cómo se deben aprovechar los personajes. El villano, Jeremy Irons, también está genial, quizás con menos minutos de los que merecía, pero correcto. Recupera esa esencia que dejó Hans Gruber en la primera cinta. Y los demás pasables, pero a la altura.
No se puede hablar de ésta película sin citar esos famosos acertijos y juegos, donde destaca la mítica escena en la fuente del elefante y las garrafas con los galones de agua. ¿Quién no trató de sacar el resultado mientras la veía? Seguro que nadie.
En resumen ''La jungla de cristal 3'' es una secuela más que digna, volviendo a poner la saga donde una vez estuvo. Una lástima que las entregas posteriores bajasen tanto el nivel. Sigue contando con frases para el recuerdo, momentos épicos que son imposibles de olvidar y una dupla protagonista difícilmente igualable. Volver a ver estas películas tan buenas me proporciona una sensación muy gratificante. Totalmente recomendada.

Lo mejor: El dúo Willis/Jackson es tremendo, el ritmo engancha por completo, es muy entretenida y algunas secuencias brillantes.
Lo peor: Nada importante.

* Un 8 *