Después de ver Alicia en el país de las maravillas y salir con un sentimiento de haber sido estafado por el señor Burton, y después de no atreverme a ver Sombras tenebrosas debido al miedo de recibir un segundo timo, he ido a ver Frankenweenie y he salido la mar de sorprendido.

Frankenweenie para empezar es una película basada en un corto del año 1984 del mismo Tim Burton, lo cual puede hacer pensar que se hace con el sentido de estirar algo que funciono para tener éxito asegurado con sus fans. ¡PUES NO! Tim Burton vuelve a sus orígenes para redimirse, curarse de los malos hábitos y pensamientos bizarros que últimamente destrozaban sus trabajos y ha creado una película que sin llegar a ser una historia innovadora (ya que es la novela de Frankenstein reinventada) te hace reír y llorar, que en el fondo es lo que le pedimos a la animación, que nos vuelva a nuestra infancia. Y Burton lo consigue.

Pero no sé queda aquí. El aliciente y lo que a mi juicio le hace merecedor de reconocimiento es la constante y evidente referencia a películas de monstruos como por ejemplo la japonesa Gamera o los simpáticos y odiosos Gremlins, sin mencionar alguna secuencia realmente parecida a Deep Rising en el baño.
Además de estos toca otros tema por encima como el uso de la ciencia y el miedo al progreso.

Todo esto rodea a lo importante de la película que son el simpático Sparky y su relación de amistad con Viktor, es decir, amistad, lealtad y sonrisas, valores de la casa Disney (productora de la película). Todos estos ingredientes los adereza con ese toque tenebroso, semi-gótico, emo, no sé como describirlo ya, y nos da como resultado el regreso de Burton.