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España España · Donostia
Voto de Jmpg2012:
9
Comedia. Fantástico. Romance Cuando muere a los 70 años, Henry Van Cleve va al Infierno, donde lo recibe un caballero bien vestido que le exige que confiese sus delitos. Henry comienza entonces a contar su historia: desde niño, su acaudalada familia le proporcionó todos los lujos y satisfizo todos sus caprichos. Siendo ya adulto, llevó una vida disipada, entregado a la bebida y a las mujeres. Pero su vida cambió radicalmente el día en que conoció a Martha Strabel, ... [+]
23 de noviembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la primera secuencia de la película podemos hacernos una idea de lo que es el “toque Lubitsch”. Henry Van Cleve es un casanova maduro recién fallecido que llega al infierno. Los términos se invierten y es el galán retirado el que insiste en entrar en el infierno. Aunque no se diga en ningún momento, gracias a esa invisible dirección de Lubistch, a la dirección de actores, o a las líneas de diálogo chispeante e irónico, queda claro que los pecados del caballero son veniales, que el diablo está de su parte y que esa fantástica historia de amor que narra la película tendrá su continuación en el cielo.

Todos queremos saber cuál ese pecado tan terrible por el que cree merecer ese castigo. Motivo por el que quedamos enganchados a una trama tan kirstch desde los primeros planos. Y lo grande del director vienés es que el protagonista siente culpabilidad por sus pasadas infidelidades, pero sus infidelidades son presentadas como pequeñas trastadas, un deseo casi estético por la belleza femenina, por sentirse vivo, por llenar el vacío de la ausencia. Todo esto nos es mostrado mientras nos cuentan otras cosas, diciendo lo contrario de lo que se piensa, en juego acumulativo de pequeños y equívocos y nuevos matices que se enlazan entre sí con una sorprendente facilidad. Incluso la ternura se solapa con la mordacidad como si fuesen perfectamente compatibles.

Los diálogos tienen una forma de tratar todos los problemas serios con una frivolidad contagiosa. Resulta sorprendente constatar ese aire de familia que tienen los diálogos de Lubistch con los de las películas de Wilder.

Cuentan que el maestro austriaco dijo en el funeral del alemán "Nos hemos quedado sin Lubitsch". "Peor aún, nos hemos quedado sin las películas de Lubitsch". Aunque quizás la siguiente frase es aún más significativa de lo que supuso un director en la concepción del cine del otro:

“Si uno pudiera escribir toques Lubitsch, todavía existirían; pero Lubitsch se llevó su secreto con él. Es como el vidrio soplado chino, algo que ya no existe. Alguna vez, busco un truco elegante y me digo: ¿Cómo lo habría hecho Lubitsch?". Y se me ocurre algo y se parece a Lubitsch, pero no es Lubitsch. Ya no existe.”



Aunque el toque lubitsch no son sólo líneas de diálogo, aquí van algunos ejemplos:



Hipocresía: Y cuando me desperté, estaban todos mis parientes hablando en voz baja y sin decir nada más que cosas amables sobre mí. Entonces supe que estaba muerto.



La baja autoestima del protagonista: Mi madre (...) Una señora adorable, pero con prejuicios. Ella creía que yo era maravilloso. Fue la primera mujer a la que engañé.



Respecto a las mujeres: Desde el primer momento tuve una cosa clara. Si quieres ganarte a una chica, tienes que tener un montón de escarabajos.



La criada francesa ironizando sobre la insatisfacción adolescente: Tu alma es más grande que tus pantalones.





No todo son parabienes. La película acusa una moralidad un tanto decimonónica respecto a las relaciones de pareja. Después de todo gran parte de la película gira en torno a la tensión que las constantes y alegres infidelidades del protagonista provocan en la historia de amor entre Henry Van Cleve –Don Ameche- y su media naranja –Gen Tierney-. Creo que el mismo director era consciente de esta debilidad moral de la relación entre géneros y colocó la historia a caballo entre el siglo XIX y el XX, dándole una coartada histórica al desequilibrio entre sexos.

La estructura temporal narra en flash backs desde el presente en las puertas del infierno toda la vida del galán impenitente, concentrada en sus fastuosas celebraciones de cumpleaños: su nacimiento, su primer contacto galante con una niña años después, su instrucción sentimental a cargo de una criada francesa, su gran amor, la crisis matrimonial, el relevo como casanova por parte de su propio hijo y su decadencia noctámbula. Tan importante como lo que nos muestran son las enormes elipsis que marcan el relato. Entre cada uno de los escenarios median habitualmente uno o dos lustros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jmpg2012
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