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España España · Vilagarcía Arousa
Voto de María:
1
Comedia Eva y Alex son una pareja que, tras años de noviazgo, decide casarse en el lugar en el que se enamoraron: un pequeño pueblecito de la campiña inglesa. Los problemas de la boda comienzan cuando una huelga de controladores aéreos impide que el novio y los invitados se reúnan con la novia y su séquito. (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi abuela materna, que era una republicana convencida, culta, aseada y viajada, de las que se ríen incluso cuando se enfadan, meticulosa hasta el extremo, perfeccionista patológica y que para más inri se llamaba Saladina, sentenciaba a menudo que “al que asa dos conejos a la vez, uno se le quema”.
Mi abuela que, además de muy sabia, era mil veces más graciosa que Ahora o Nunca, me ha inculcado desde niña una escala de valores y principios orientada a que mi comportamiento para/con los demás naciese siempre del respeto, la empatía y la comprensión… porque es verdad: está muy feo reírse de las personas por sus carencias, incapacidades o insuficiencias. A cada uno le gusta lo que le gusta y no hay más. No voy a ser yo –digna heredera de ese espíritu permisivo y librepensador- la que tan alegremente entre a juzgar las subjetividades ajenas. Por dios que no. Con mi inmenso corazón en la mano os digo que no podría.

Menos a los fans Dani Rovira, tal vez. Y es que no hay clemencia en el mundo para tanta inconsciencia. Esa especie de híbrido entre Hugh Grant y Pablo Alborán, que nos ha vendido actimeles, helados, cerveza y ropa rebajada desde el inexplicable éxito de Ocho Apellidos Vascos –y que a mí, personalmente, me pone más nerviosa que un congreso de Minions- se ha creído que todo el monte es orégano, que con cuatro tics se construye un personaje y que además es más bonito que un remolque recién pintado. El flamante yerno de España (pobre del cuñado que se lo lleve) e incomprensible ganador de un prestigioso –el suyo un poco menos- Goya de la Academia de Cine ha intentado repetir fórmula en esta comedia nupcial de tintes brit que le ha consagrado ya como estrella absoluta del menos exigente de los géneros, gracias a la ingenuidad, la candidez y la ternura que desprenden sus papeles. Todos. O sea, los dos. Que para ser justos son el mismo, porque este chico –desde el cariño lo digo- es pony de un solo truco.

Y si Dani Rovira en el papel de Dani Rovira no sale demasiado beneficiado de este pastiche, peor suerte parece correr María Valverde en el papel de una Keira Knightley hasta arriba de strawberry cheese cupcakes a la hora del brunch. Ella se dedica básicamente a sonreír. A dar saltitos y a sonreír. Y a hacer que yo en el papel de Antonio Recio versión largometraje me cague en los tulipanes con tanto goodfeelinismo instagramero, me sobre mierda para rellenarle los canales a los holandeses y desee con toda mi alma que la atropelle el autobús de Melody en ese papel que jamás debió salir con vida de la sala de montaje.

Sigue por falta de espacio en https://revista.tviso.com/ocho-ahoras-o-nuncas-vascos/
María
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