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Voto de Hantoker:
9
7,5
7.565
Comedia. Drama
En plena Guerra Fría, el profesor Hamilton, un sabio ingenuo que creía en las bondades de la energía nuclear, al darse cuenta de su error, huye y se lleva consigo todos sus secretos. Encuentra refugio en Calabuch, un pueblo mediterráneo que a él le parece maravilloso porque la gente se limita a vivir y conserva el sentido del humor y de la amistad. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Berlanga es más que un homenaje al entretenimiento o una crítica a la sociedad española de posguerra, como normalmente se viene diciendo. Toda la filmografía del director valenciano es un retrato sociológico del español medio, con sus vicios y sus virtudes.
Calabuch es un microuniverso donde todos los elementos de una sociedad típica de los años 50 se unen. Es un experimento donde los factores chocan y se unen, un mundo mágico donde Berlanga utiliza a sus personajes para sacar lo más burdo que tienen y, a la vez, lo más humano de ellos. En efecto, el cine de Berlanga recurre a esos dobles juegos de la personalidad, donde lo bueno no es tan bueno, y lo malo es más humano y sentimental de lo que parece.
Personalmente, me recuerda mucho a un estilo recurrente en muchos artistas españoles, personificado genialmente en el Quijote, donde Cervantes a ratos juega con el desprecio más absoluto por lo que el propio caballero encarna, pero en el fondo transmite un profundo cariño y una melancolía disfrazada de locura.
Calabuch es eso y mucho más.
Calabuch es un microuniverso donde todos los elementos de una sociedad típica de los años 50 se unen. Es un experimento donde los factores chocan y se unen, un mundo mágico donde Berlanga utiliza a sus personajes para sacar lo más burdo que tienen y, a la vez, lo más humano de ellos. En efecto, el cine de Berlanga recurre a esos dobles juegos de la personalidad, donde lo bueno no es tan bueno, y lo malo es más humano y sentimental de lo que parece.
Personalmente, me recuerda mucho a un estilo recurrente en muchos artistas españoles, personificado genialmente en el Quijote, donde Cervantes a ratos juega con el desprecio más absoluto por lo que el propio caballero encarna, pero en el fondo transmite un profundo cariño y una melancolía disfrazada de locura.
Calabuch es eso y mucho más.