Una auténtica burla de la posguerra. Recurrir a la comedia para tratar de entender la realidad es un recurso muy extendido y que siempre surge efecto. Hablar de Yugoslavia desde la II Guerra Mundial siempre es complicado, y por ello Kusturika recurre a la broma y al absurdo para hablar de algo vivido.

Lo mejor de todo es que a pesar de todo, siempre queda un poso de tragedia, de drama encubierto por algo que pudo ser y que explotó en mil pedazos. El amor de dos hombres por una misma mujer es ese reflejo de una región cultural similar que se acaba desintegrando.

Necesaria ver para entender.