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Voto de alejandro1985:
10
Romance. Drama. Ciencia ficción Un hombre (Hugh Jackman) realiza dos viajes: uno al pasado, a la España del siglo XVI, y otro al futuro, al siglo XXVI. Su objetivo es salvar la vida de su esposa enferma de cáncer, pero para ello tendrá que encontrar el legendario árbol de la vida cuya savia proporciona la inmortalidad. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2010
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace 3 años me enrrollé con una chica que me gustaba muchísimo desde hacía 1 año. Mi vida en ese momento no era precisamente fantástica. Me lancé a ella con locura y desperación. Ella me aceptó; había algo más; parecía como si ya nos hubiésemos conocido en otra vida, parecía como si todo aquello ya lo hubiésemos vivido, parecía como si nos fuésemos a estrellar de un momento a otro, porque todo vuelve al mismo punto. Los dos dejamos nuestra imaginación volar y nos imaginamos millones de historias de amor a lo largo de los siglos y la eternidad. Seguro que no fuimos los únicos que nos deleitamos con semejantes divagaciones. En ese instante de nuestras andaduras, una noche nos pusimos a ver nuestra primera película juntos, "La fuente de la vida".

Los 2 habíamos visto por nuestra cuenta las 2 anteriores películas de Arofonosky, y a los 2 nos fascinaba este genial e hipnótico director. Es la mayor historia de amor jamás contada, como me había avisado un buen amigo. Cuando la película empieza, no te puedes creer lo ambicioso de la puesta en escena, y de primeras tuve miedo de que tan fantástica idea no llegase a ser resuelta de una manera convincente. Es un viaje con 20 billetes de ida, pero ninguno de vuelta, desde un mundo onírico, poético e hipnótico del interior del alma, a otro brutal y codicioso en el siglo XVII, y desde allí a otro deshumanizadamente actual, para volver de uno a otro sin descanso, de la mano del amor, entre 2 almas, que simplemente quieren estar juntas, para siempre, sin que nadie las separe, mas allá de las fronteras físicas y temporales, acompañadas de una de las bandas sonoras mas emotivas y mejor sincronizadas con el guión, de la historia del cine. Es una lección de amor, filosofía y estética. Todas las imágenes son de una belleza cautivadora que sugiere más que habla. Todos los diálogos son cortos pero intensos, como si de haikus se tratase. El amor, la filosofía y los valores que se transpiran son verdaderos, propios de un director culto e inquieto que ansía encontrar respuesta a través del sondeo del alma humana. Simplemente fascinante.

La volví a ver
1 año después,
con la chica de la que hablé antes,
y las cosas ya no iban tan bien,
pero la película
me volvió a tocar,
como lo había hecho
la primera vez.
La he vuelto a ver hoy,
y ya hace 2 meses que cortamos
de una manera bastante brusca,
y la película,
a pesar,
de que
ya no crea en el amor,
me sigue emocionando;
y de alguna manera,
u otra,
que algunas personas,
me permitan disfrutar
de obras asi,
pues,
ayuda,
a seguir adelante.
alejandro1985
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