Sam Raimi y su hermano culminan la saga dándole una vuelta de tuerca más al personaje de Ash (papel por el cuál Bruce Campbell se convertiría en un actor de culto) y a la historia en sí.

La tercera entrega de Evil Dead pierde en cuanto a oscuridad, gore y miedo pero gana en humor y aventura sin abandonar la temática de posesiones y zombies. Ya la segunda entrega había logrado mantenerse el nivel de gore y miedo de la primera del 81 pero introduciendo elementos de auto-parodia muy interesantes que enriquecían a la película. Pierde la parte del miedo sí, pero gana en las frases legendarias y cómicas de un Ash todavía más pasado de vueltas que en "Terroríficamente Muertos" y ya convertido definitivamente en un arrogante antihéroe (con bastante mala memoria).

Muy pero muy recomendable y es uno de los pocos casos en los que una saga por querer exprimirla no acaba en declive.

En 2013 se haría un remake (Sam Raimi sólo como productor y supervisor) de la primera recuperando los tintes oscuros de gore, miedo y horror; y en el 2015 se haría Ash vs Evil Dead, serie que continuría con las andanzas de Ash (el mismo Bruce Campbell) situando la acción unas décadas más tarde pero con el mismo tono de la segunda y tercera película tan memorables.