Algo curioso ha sucedido con mis tres sagas fantásticas favoritas: nunca vi sus películas de lanzamiento en el cine. Sucedió con The Lord Of The Rings, sucedió con Star Wars (de veras no me acuerdo, quizás sea porque no había nacido todavía, je je je) y también sucedió con esta saga de cuya primera cinta me refiero ahora. Y es que Harry Potter no me llamaba mucho la atención. Más bien nunca me enteré de cuando la echaron en el cine (¿queeeeé?). Al hablar acerca de esta saga tengo que tener en cuenta que en cuanto a puntuaciones se refiere, mi objetividad se reduce casi a cero. Es difícil ser objetivo cuando algo te gusta mucho. Por eso para mí todas las cintas de Harry Potter tienen 10, aunque unas me gusten más que otras (para eso existe en mi clasificación personal lo que yo llamo “grados de perfección”; ondas mías que no me meteré a explicar aquí, no se preocupen, je je je). Pero entrando ya en el tema, intentaré abordar con “objetividad” esta primera cinta del joven hechicero más famoso de estos tiempos (Gandalf no está precisamente en sus años mozos y Merlín ya estaba vivo en la edad media, imagínense). Esta primera película es sin dudarlo la más mágica de todas. Es la que te pinta bonito el mundo de la magia en donde todos son felices salvo los típicos desadaptados sociales que les hacen la masa aguada a los demás. Es la que menciona implícitamente en la trama que el mundo cotidiano de los llamados muggles (“personas sin magia”, diría Hagrid) es aburrido y sin emociones, y que es mucho mejor el mundo de los magos y hechiceros. Vamos pues, todo un comercialote invitando a las artes ocultas según señalan alarmados muchos fanáticos religiosos. Y es que sin duda alguna Rowling tuvo que estar muy bien documentada para hacer tan bien su obra. Harry Potter, el niño que vivió. El sapo que era príncipe. Esa personita con la que muchos desearían identificarse. La clásica historia del muchacho común que descubre que no lo es en un mundo paralelo en donde es archi-requete conocido y a todos les cae bien, y quien así no lo hiciere es el villano, el sospechoso, el mal encarnado. ¿Qué es entonces lo que tanto furor ha causado esta cinta basada en su homónima obra literaria? Quien sabe. Quizás en verdad estemos un poco fastidiados de nuestras “mugglescas” vidas y queramos algo de magia para distraernos un rato. SIGUE ABAJO POR FALTA DE ESPACIO...