Si yo fuese comprensivo diría que el director –en realidad el prestigioso guionista metido a director- Philip Dunne trataba de realizar una mezcla entre una chispeante comedia de Rock Hudson y Doris Day y una película de espías tipo “Charada” (Stanley Donen, 1963). Si yo fuese comprensivo, también diría que Rock Hudson y Claudia Cardinale hacen buena pareja -vaya si lo hacen- y diría que está rodada en un bonito cinemascope con unos colorines muy chulos pero eso sería centrarse en lo accesorio, así que les diré lo más importante: de la perversión y el retorcimiento indigente de los elementos antes citados surge una película de nivel muy deficiente y nulo valor cinematográfico, con poca gracia, escasa chispa y menor glamour, así que ahórrense el tiempo que yo perdí en verla, que maldita sea esta manía mía de completar filmografías, válgame dios.