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España España · Madrid
Voto de JPoulain:
9
Serie de TV. Comedia. Infantil Miniserie de TV (6 episodios). Narra las peripecias de Celia, una niña de siete años perteneciente a la alta burguesía madrileña de los años de principios del siglo XX. La espontánea y decidida Celia cuestiona la identidad de los Reyes Magos, se sorprende de que los mayores sean tan aburridos y sigue un código de comportamiento alejado del de los adultos, pero también a gran distancia del de los niños que comparten con ella sus aventuras. (FILMAFFINITY) [+]
11 de julio de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No logro entender por qué esta serie no llega a un 6 de valoración. Entiendo que no todos le pueden tener el mismo cariño, pero dejando a un lado la nostalgia, si la vemos sin el velo edulcorado y después de unos cuantos años… Nos encontramos con una de las mejores series, y sobre todo, con más mala leche, que se han hecho nunca en España. La gente que la critica probablemente solo tenga el vago recuerdo de una niña rubia, rica e impertinente. Pero “Celia” es mucho más que eso. Sin duda lo mejor de la serie es la dirección, el guion (grandísimo tandem Borau-Martín Gaite) y los personajes secundarios.

En la serie podemos identificar dos partes muy distintas, con distintos niveles de “malalechez”, solo apreciable por la visión de un adulto. La primera mitad, con una dosis notable, y la segunda mitad, que rebosa sátira por los cuatro costados.

Los primeros tres capítulos se desarrollan en el Madrid burgués de la República, impecablemente reflejado en la producción (llega a aparecer hasta un tranvía de la época). Aquí es donde conocemos a una ristra de personajes insoportables pero necesarios: la madre de Celia (Ana Duato), Miss Nelly, la criada… Y a otros maravillosos, donde destacan el buenazo del padre (el recientemente fallecido Pedro Díez del Corral… qué pena) y Doña Benita, encarnada por Aurora Redondo, que está auténtica cantando “El día que nací yo” y perdiéndose por el Retiro.

La enorme brecha entre las clases sociales se ve reflejada en personajes de Solita o del moro Maimón, a los que Celia ve de igual a igual. Enseguida vemos que su mundo funciona de una manera completamente opuesta al de los demás. Castigarla es como darse cabezazos contra la pared, así que cuando a la madre se le inflan las narices, la manda con las monjas.

Y aquí es cuando empieza lo mejor. Las monjas son una especie de gallinas cuadriculadas que revolotean por el colegio dando órdenes a las niñas y temiendo a todo lo demás: el cura, los padres, los niños del pueblo, el fin del mundo (de las mejores secuencias de la serie)… Todas sin excepción están soberbias, pero en la cúspide está la enorme María Isbert y sus caras: cuando Celia va corriendo a contarle algo urgente sobre el cura, atención la mirada que pone, preparada para lo peor. Esos detalles son a los que me refiero cuando destaco positivamente la mala leche de esta serie. También tenemos a los cabronazos de los niños del pueblo (que sean pobres no significa que sean buenos), y hasta un cameo de Carmelo Gómez.

El último capítulo con Doña Merlucines (otra grande, María Luisa Ponte) ya es exceso tras exceso, Celia alcanza ahí su máximo esplendor puteando a su archienemiga. La serie termina cuando el padre de la niña le regala un cuaderno para que escriba sus propias historias. A pesar de que estaba previsto continuar la serie (no se hizo por falta de presupuesto), esta me parece la mejor forma de cerrarla.

Perdón por la disertación, pero podría estar horas analizando detalles de “Celia”. Para terminar invito a todos a revisionarla (especialmente los capítulos 4 y 5) en la web de RTVE, donde por suerte la podemos ver a la carta.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/celia/celia-capitulo-4/1633290/
JPoulain
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