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Mongolia Mongolia · Pandereta's Land
Voto de tantra:
8
Drama. Cine negro A principios del siglo XX, oleadas de emigrantes procedentes de Europa llegaban a la populosa ciudad de Nueva York. Todos albergaban la esperanza de hacer realidad sus sueños de prosperidad. Muchos procedían de Italia, como la familia de Gino Monetti, un barbero ambicioso y autoritario, que emigró con su paciente mujer y sus cuatro hijos, todos muy distintos tanto psicológica como físicamente. Con los años, Monetti amasó una enorme ... [+]
3 de abril de 2009
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mankiewicz es un director que se caracteriza por contar en sus trabajos con guionistas excelentes y actores profesionales y solventes. Ello hace que su carrera sea una de las más equilibradas e interesantes de la época dorada de Hollywood.

En este caso, nos plantea un drama familiar en toda regla, con tintes de cine negro. Un drama en el que estoy seguro que Ford Coppola se inspiró para crear esa obra maestra llamada El Padrino 20 años después. Porque el personaje de Gino Monetti, maravillosamente encarnado por un siempre magnífico Edward G. Robinson, posee muchas similitudes con Vito Corleone: Autoritario, amante de la familia, fiador corrupto de sus amigos italianos y con preferencia hacia uno de sus hijos: Max (el equivalente de Michael Corleone, aunque Max no sea el mayor). Al contrario que Coppola, Mankiewicz se centra en el gérmen de odio que siembra "Il capo" de la familia entre esta: los contínuos desprecios hacia sus dos hijos (Joe y Pietro), sus maneras machistas y la financiación oscura precipitarán su caída antes de tiempo y sólo Max estará ahí para jugarse el cuello por él. Curiosamente, este irá a la trena tratando de chantajear al jurado. Y Gino, resentido con sus otros dos hijos que le quitarán su banco, levantará un muro de odio entre hermanos a base de cartas envenenadas a su hijo encarcelado. Algo que transformará a la familia Monetti en una casa de extraños (El "House of strangers" del título original)

Apoyando al magnífico G. Robinson encontramos a la pareja Conte-Hayward, con una química sobrenatural. Él cortante, autoritario, egocéntrico. Ella seductora, altiva, incendiaria. Ambos carismáticos, brindando al espectador un duelo dialéctico para gourmets. Algo habitual en Mankiewicz por otra parte (Eva al desnudo, La huella...)

Si a todo esto unimos una estupenda fotografía de Krasner y una banda sonora excelente, nos queda una película estupenda, recomendable para todo cinéfilo y admirador del genero noir (como servidor) que se precie.
tantra
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