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Voto de Le Bouffon:
2
6,5
71.104
Drama
Erin Brockovich es una madre soltera que consigue un puesto de trabajo en un pequeño despacho de abogados. Su personalidad poco convencional hará que sus comienzos no sean demasiado alentadores, pero todo cambiará cuando decida investigar el extraño caso de unos clientes que padecen una sospechosa enfermedad. (FILMAFFINITY)
14 de julio de 2009
85 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar, tenemos el síndrome Gabilondo.
Yo, yo, yo y más yo. (Julia, la Roberts, Pretty Woman, la novia de América).
Para que queremos más?
No es la primera vez que se le fabrica una película a una estrella de Hollywood a medida, sin absolutamente nadie que le de réplica, dos horas dedicadas a dejarnos claro que la protagonista es de lo bueno lo mejor, de lo mejor lo superior. Con chicas florero (en este caso un chico florero) y malo inepto o difuso (en este es un ente abstracto, una corporación), no vaya a ser que un buen actor con un buen papel me quite segundos (que no minutos) de protagonismo absoluto. Y sonrisa profidén. Porque además de el más cojonudo, soy el más guapo (o guapa, la vanidad no entiende de género).
Tom Cruise es especialista en este tipo de filmes (para muestra un botón, Misión imposible 2). Y no acaban de funcionar.
Luego está el síndrome L’Oreal. El por que yo lo valgo. El síndrome Belén Esteban, lo podríamos llamar también. La prepotencia y la chulería hecha virtud. La vulgaridad y la falta de clase como cualidades honorables (no hablo de dinero o estudios, hablo de respeto, educación, cultura y saber estar). El cállate gorda como réplica ingeniosa y definitiva. Risto Mejide estaría orgulloso. Otra cosa es que en la vida real te acaben mandando a cagar (o te crucen la cara si eres tío) por payaso.
Yo, yo, yo y más yo. (Julia, la Roberts, Pretty Woman, la novia de América).
Para que queremos más?
No es la primera vez que se le fabrica una película a una estrella de Hollywood a medida, sin absolutamente nadie que le de réplica, dos horas dedicadas a dejarnos claro que la protagonista es de lo bueno lo mejor, de lo mejor lo superior. Con chicas florero (en este caso un chico florero) y malo inepto o difuso (en este es un ente abstracto, una corporación), no vaya a ser que un buen actor con un buen papel me quite segundos (que no minutos) de protagonismo absoluto. Y sonrisa profidén. Porque además de el más cojonudo, soy el más guapo (o guapa, la vanidad no entiende de género).
Tom Cruise es especialista en este tipo de filmes (para muestra un botón, Misión imposible 2). Y no acaban de funcionar.
Luego está el síndrome L’Oreal. El por que yo lo valgo. El síndrome Belén Esteban, lo podríamos llamar también. La prepotencia y la chulería hecha virtud. La vulgaridad y la falta de clase como cualidades honorables (no hablo de dinero o estudios, hablo de respeto, educación, cultura y saber estar). El cállate gorda como réplica ingeniosa y definitiva. Risto Mejide estaría orgulloso. Otra cosa es que en la vida real te acaben mandando a cagar (o te crucen la cara si eres tío) por payaso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En definitiva, películas planas, vacías y tramposas. Hagamos un drama, con niños muriendo de cáncer. Y parece que no hay nada que hacer contra una malvada multinacional. Se esfuerzan, mucho, y no sirve de nada. Pobre gente, van a perder. Y al final ganan en el último minuto por situación inesperada (testigo me saco de la manga, tachaan!!!!) Ganan, lloros, abrazos, todos son mejores personas. Fin. Y yastá.
Un Oscar. Si, y dos también. Y fuentes con chorrito. Y?
Un Oscar. Si, y dos también. Y fuentes con chorrito. Y?