Dos carcajadas y tres o cuatro jajás no redimen a esta opereta de su condición de piltrafa. Vista después de la fiebre, uno no puede más que sentir una cierta decepción por las ínfulas leídas y escuchadas en torno a un producto flojo, fácil, bastante pobre y sobre todo lelo. Ni siquiera su supuesta originalidad, apenas ha sido suficiente para contrarrestar el sueño que me iba invadiendo de manera inapelable. Y no es una cuestión de humor grueso o de chiste fácil, que los hay en abundancia, es otro problema más relacionado con que no me ha sorprendido en absoluto y si su principal baza no funciona, el resto del bagaje va a ser que parece insípido y de una mordacidad tan torda, que no hago más que pensar en lo que habrían conseguido los Python con un guión semejante...