He visto esta larga serie de una sentada y aunque he notado algunos fallos, algunos de ellos derivados de su duración, me pregunto por qué gusta tanto. Los actores cumplen, sin ser nada del otro mundo.
El guión avanza a veces a trompicones, aunque, en general, funciona.
La he visto en italiano, sin subtítulos, y con una simpatía inicial porque he vivido años en Italia.
Gusta porque hay una historia y es de una familia. Y esas son constantes humanas: el gusto por las historias y el amor de familia.
Hay que decir, además, que el modo de ser italiano está reflejado con toda su sencillez y a la vez histrionismo.
Compensa verla para hacerse una idea bastante verídica de la historia italiana, resumida, claro, y un poco esquemática, pero válida.