Ya se sabe que en el mundo hay de todo y que el arte lo refleja o, mejor, lo recrea. Hay gente, quizá, como el energúmeno que Brad Pitt interpreta aquí. Pero el arte tiene que aportar matices, profundidades y aquí todo es muy primario. Se sabe que tío que encuentre tío que ese bruto matará por las buenas, es decir, por las malas, sin razón alguna.
Nunca se nos explica por qué es así, lo es, sin más.
Al lado de eso, los demás personajes quedan desdibujados, salvo Adele (Juliette Lewis) que no puede ser más tonta.
Con todo, la película se deja ver, aunque solo sea por eso tan elemental de "a ver cómo acaba ese bruto" y a quién más se carga.
Algo, pero poco.