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España España · MADRID
Voto de VALDEMAR:
6
Thriller. Drama Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952. (FILMAFFINITY)
4 de enero de 2015
48 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Convencional y correcta. Académica. La peli empieza a oler a Oscar ya desde que compras la entrada, y cuando entras en la sala el tufo se vuelve embriagador.
Estas pelis siempre están cortadas por el mismo patrón: Drama biográfico, mitad interesante, mitad prescindible y ñoñoso, con reparto de campanillas, de pulcra ambientación, depurada fotografía, intensa banda sonora y metraje tirando a largo, aunque en este caso, afortunadamente, no mucho. Un patrón que nunca falla.

En realidad, a la película no se le pueden poner muchas pegas. Está bien. Personalmente, hubiese preferido ahorrarme los viajes temporales a la afligida infancia del prota, ya que tampoco es que aporten mucho a la historia, salvo subrayar lo evidente, como si el espectador fuese tonto. Y, desde luego, ya se podían haber buscado a un niño que se pareciese un poco al actor adulto. ¡Como un pato a una lavadora, oiga! Si hubiesen elegido para hacer de Turing joven a un niño chino, hubiese quedado igual de raro. ¿Era ciego el director de casting?

Lo mejor de la película es su primer tercio, que goza de muy buen ritmo e incluso un ligero puntillo cómico al inicio. También es de agradecer, y mucho, que el director prefiera centrarse en describir la hipócrita y timorata sociedad castrante (nunca mejor dicho) de la época en la que se desarrolla el relato, así como la inestimable aportación a la ingeniería informática de Alan Turing, en vez de en sus desgracias personales, tema que la peli trata, claro, pero sin especial ahínco.

Y, por supuesto, hay que hablar de Cumberbatch, que está divino. Este hombre hace el friki como nadie. Su Alan Turing se presenta como una especie de ameno Sheldon Cooper, brillante cerebrito de habilidades sociales llamativamente nulas, lo cual es bastante entretenido, pero hacia el final de la peli, ¡válgame Dios!, empezó a recordarme a la Streep, con sus temblores y gimoteos de intensidad abrumadora. Le dan el Oscar, fijo.
VALDEMAR
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