Me leí el libro éste hace la torta de años, así que no sabría comentar si la versión es fidedigna, pero sí tengo claro que es digna. Aunque no me acuerde de la novela, puedo reconocer perfectamente la sutil ironía pizpireta e inquieta de Jane Austen.

Mi conocimiento del realizador ha sido a la inversa. Primero me he tragado (porque eran un trago) dos de sus posteriores películas, y ahora he descubierto la primera. Me veo en la obligación, pues, de cambiar de opinión sobre este hombre, del cual, en su día, declaré que me parecía un gilí. En esta peli me parece un director que se enfrenta a su primer largo con ilusión y muchas ganas de destacar sobre la masa; una inquietud de lo más saludable, sobre todo para aquel que la sepa llevar a buen puerto.
Tras el éxito de su debut, el señor Wrigth se volvió más petulante que ingenioso y pretencioso que eficaz, en mi opinión; pero esa es otra historia.

De la película, destacar la secuencia inicial, en la que Wrigth nos presenta a la familia protagonista, y al adorable Sutherland como padre de las nenas. La peli también destaca por su bien medido humor y la complicidad que despierta en quien la visiona, sobre todo si se siente admiración por la autora georgiana.

Quién le iba a decir a esta mujer que sus obras iban a ser más cinematográficas que las de Tom Clancy o Pérez-Reverte. Adaptar a Austen, a diferencia de los dos señores nombrados, siempre resulta un acierto.