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España España · Barcelona
Voto de Quim Casals:
8
Romance. Drama Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En mayo de 1940, tras la invasión de Francia por el ejército alemán, Julien huye con su mujer embarazada y su hija adolescente. Ciertas circunstancias los obligan a viajar en trenes diferentes, pero con el mismo destino. En el tren, Julien conoce a Anna Kauffman, una joven alemana de origen judío que también huye de los nazis. Ambos se enamoran, aunque saben que su amor acabará cuando el tren llegue a ... [+]
21 de diciembre de 2009
44 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque se ha exhibido también con el título "Anna Kauffman", parece más pertinente "El tren", en cuanto coincide con el referente literario de Georges Simenon, al tiempo que, para los espíritus cinéfilos, remite a la fabulosa obra homónima de Frankenheimer, una aventura situada también en la Segunda Guerra Mundial, con la que comparte algunos aspectos.

Aquí nos encontramos también, en efecto, ante una muestra de cine de raíz clásica, con una férrea construcción dramática que nunca descarrila en su avance narrativo, a partir de una puesta en escena clara, sobria y eficaz.

Un hombre y una mujer se encuentran azarosamente en el tren donde huyen de los nazis, atravesando Francia, una vez él se ha visto bruscamente separado de su mujer y su hija. Y, en medio de la aventura, nace el amor. Lo que encuentro más loable es la total verosimilitud de estos dos aspectos. Aunque asistamos a peripecias sumamente entretenidas, la aventura (en definitiva, las acciones del grupo de ciudadanos anónimos que abarrotan el tren), aparece siempre como algo realista, sin hazañas "peliculeras" de ningún tipo, de la misma manera que la historia de amor resulta absolutamente creíble en su evolución.

Como en "La reina de África" (aunque allí el espíritu tenga un carácter lúdico), amor y aventura se unen indisolublemente. No es fácil conseguir este equilibrio (en cuántas películas el romance parece surgir "a la fuerza", signo inequívoco de los convencionalismos…). Finalmente, esta hermandad alcanza su límite en lo que podríamos llamar "la aventura del amor", cuando llega el momento de tomar una decisión de fuertes implicaciones morales donde confluyen todas las facetas de la película, desde la esfera más íntima hasta la coyuntura política del momento histórico.

Algunos actores, como Orson Welles, parecen destinados a encarnar personajes "bigger than life". Trintignant, en cambio, es uno de los máximos especialistas en la representación del hombre común, aquel al que vemos como uno de nosotros. Con su apabullante naturalidad, compone un personaje siempre cercano, del que siempre comprendemos sus motivos. A su lado, aparece una bellísima Romy Schneider (en su belleza natural: hay que agradecer de nuevo al film su credibilidad estética al moderar al máximo el maquillaje, el peinado, el vestuario…), que nos ofrece la que opino es una de sus mejores interpretaciones, basada ante todo en la expresividad de los silencios y las miradas.

En definitiva, creo que estamos ante una gran propuesta que, lamentablemente, (quizás entre otras cosas porqué el director fue uno de los "damnificados" tras el surgimiento de la Nueva Ola, como representante del tipo de cine que tocaba derribar), no ha permanecido en la memoria colectiva ni parece que muchos la reivindiquen. No he visto otras películas de Granier-Deferre para emitir un juicio más global; pero, al menos, puedo constatar que subir a este tren ha supuesto para mí un magnífico trayecto.
Quim Casals
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