Divertida comedia en blanco y negro. Keaton encarna a Sherlock J. R., ni que decir que, seguramente inspirado en el detective británico ya bien conocido entonces, de la pluma de Arthur Conan Doyle. El relato narra las peripecias del detective que comienzan cuando un truhán hace una maniobra para inculparlo del robo de unas perlas empeñadas, deslizando pruebas incriminatorias en el bolsillo de su saco. Sherlock, entonces, siguiendo las instrucciones de una investigación (que lee en un libro), comienza a tomar risibles medidas para descubirlo, caminando a centímetros de distancia y efectuando réplicas exactas de todos los movimientos del pillo. A partir de ese momento, se suceden una torre de gags a cual más increíble. Hay que decir que el film tiene muy buen sentido de la acción, se nota un amplio y eficaz manejo de recursos para efectos especiales, particularmente escenas con automóviles de época y la atención se mantiene bastante indemne para seguir los detalles de la historia. Muy recomendable.