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Chile Chile · www.elotrocine.cl
Voto de Wladimyr Valdivia:
7
Thriller. Drama Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerado como uno de los padres de la Computación y la Informática Moderna, pocos saben quién fue Alan Turing, y menos aún, la importancia que tuvo para el cese de la II Guerra Mundial. Él fue el matemático responsable de descifrar los códigos secretos que la Alemania Nazi enviaba mediante la máquina Enigma. Su trabajo sirvió para evitar millones de muertes y terminar con la guerra dos años antes. Pero el Reino Unido no pudo devolverle la mano: fue procesado y sometido a castración química hasta terminar en su suicidio en 1954 por un motivo inaceptable ante la ley: ser homosexual.

Casi por necesidad, todos los meses de diciembre de cada año en Europa y los EEUU se estrenan películas de repartos corales, de dramas históricos potentes, generalmente basados en hechos reales y con algún papel protagónico que marque la carrera del actor, para ganarse el corazón de la Academia. Este es uno de esos casos y que, como es la tradición, termina siendo una película muy bien actuada, siendo su capacidad de conmover, hacer reír o emocionar, a partir de una historia bien contada, la vara para determinar si resulta una película sublime, excelente, muy buena o, simplemente, buena.

Morten Tyldum dirige “The Imitation Game” (El Código Enigma), adaptación del libro “Alan Turing: The Enigma” de Andrew Hodges, y sus ocho nominaciones a los próximos Premios Oscar no son casualidad. Benedict Cumberbatch (“Sherlock”, “12 Years A Slave”) protagoniza este biopic británico lleno de humanidad, retratando a un Turing arrogante y despectivo en lo profesional, pero con la certeza de que nació para cambiar el mundo. Su inventiva, su desfachatez y el amor por lo dejado atrás, le permitió convertirse en héroe de guerra, para acabar acusado y juzgado ante la ley y en el más absoluto anonimato.

Keira Knightley (“Los Piratas del Caribe”, “Begin Again”), Mark Strong (“Robin Hood”, “Mindscape”) y Matthew Goode (“Watchmen”, “Stoker”) completan el reparto de excepción de un filme elegante, de fácil lectura y que, situándonos en plena Guerra, nos habla con el corazón sobre la valentía de un hombre que sacrificó su vida por la humanidad. Si bien la cinta no esconde su oscarizada intención, nos regala una interpretación brillante de Cumberbatch, como un Turing vulnerable, introvertido y torpe para relacionarse socialmente, sin ser esto más que su arma y escudo por una vida que le obligó a silenciar su homosexualidad.

El trabajo de producción artística y ambientación, si bien está muy bien logrado, no es aprovechado de la mejor manera. Gran parte de las escenas y locaciones se desarrollan en interiores, por lo que la sensación de plena Guerra no es uno de los elementos imperantes para la aceptación del contexto de la cinta. Sin embargo, la sencillez del guion, debido fundamentalmente a la gran novela de Andrew Hodges, la hacen digerible para cualquier tipo de público, sin exigirnos demasiado, lo que finalmente permite poder disfrutar de las actuaciones y empatizar completamente con el protagonista, a pesar de su desvariado carácter.

Sin duda, el gran mensaje de la cinta, más allá del hecho real y la impresionante historia de Turing, termina siendo la eterna redención por la que el personaje lucha desde sus primeros días de infancia. Sentir la necesidad de demostrar todo el tiempo ser un igual, sabiendo de su prohibitiva sexualidad para la época, vivir con la culpa y ganarse el respeto del mundo que lo apunta en secreto, no para demostrarlo, sino para alcanzar esa esquiva felicidad y libertad emocional, es la piedra angular de una cinta que no oculta su real intención de contar esa historia y no otra.

Llama la atención los premios y la nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto de Keira Knightley, que si bien está correcta y sabe darle la evolución necesaria a su personaje, no es ni por cerca un trabajo merecedor de algo tan importante, más aun existiendo una cantidad incontable de grandes actuaciones que varias féminas nos regalaron este 2014.

Un recorrido por la infancia de Alan Turing y su historia durante la Guerra, conducida dramáticamente de manera efectiva, musicalizada por Alexandre Desplat, adaptada con precisión, montada y ambientada sin excesos, y con un trabajo sobrecogedor de todo el reparto, hacen del filme una obra de visión necesaria que te quita el aliento y, por sobre todo, convence.


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Wladimyr Valdivia
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