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Voto de Ferdin:
9
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67.572
Aventuras. Acción. Fantástico
Un niño que pertenece a una tribu primitiva graba en su memoria los rostros de los guerreros que han exterminado a su familia y a él lo han vendido a unos mercaderes de esclavos. Años después, el joven se ha convertido en un forzudo y valiente guerrero. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Todo lo que no te mata te hace más fuerte" (Friedrich Nietzsche).
La primera adaptación al cine de los relatos fantásticos de Robert E. Howard sigue siendo (pese a su poca fidelidad, dicen) la mejor. Dirigida por John Milius y con guión de éste y Oliver Stone, se caracteriza por su brutalidad, sus escasos y certeros diálogos, alguna sentencia lapidaria y una filosofía bizarra y hasta polémica; hoy día nadie haría una película así, a no ser que le dé igual que le tilden de reaccionario. Pero hablamos del gran Milius (los Coen se basaron en él para su Walter de "El gran Lebowski").
Con un meritorio diseño de producción, se rodó íntegramente en España: Almería (capital y playas, salinas y montañas de las cercanías, Roquetas, Gádor, desierto de Tabernas), Cuenca (Ciudad Encantada), Segovia (la nevada Valsaín), Ávila (las remotas y frías Solosancho y La Hija de Dios) y Madrid (Talamanca, Colmenar Viejo o Fuenlabrada, pues en una nave industrial de Cobo Calleja se contruyeron los enormes decorados para las escenas de interiores), durante 5 meses en 1981. La película resulta tan entretenida como espectacular, aunque algunos efectos especiales hayan envejecido regular (es parte de su encanto) y el reparto sea desigual, con sólo tres actores profesionales (los veteranos Max Von Sydow, James Earl Jones y Mako, colocados para "motivar" a los noveles) en medio de un circo de culturistas, jugadores de fútbol americano, surfistas y bailarinas, aunque la bella valkiria Sandahl Bergman cautive y enamore (ganó un Globo de Oro) y Schwarzenegger en su primer papel importante resulte un Conan idóneo, básicamente porque importan más sus músculos y no ha de hablar mucho (su mal inglés con acento austríaco era muy notorio).
Cuestión aparte es su legendaria banda sonora compuesta por ese infravalorado genio llamado Basil Poledouris, sin duda una de las mejores de la historia del cine. Afortunadamente no se impuso el criterio del productor (Dino de Laurentiis), que abogaba por el pop ochentero, y el greco-estadounidense entregó una música de corte clásico, sobrecogedora, épica, operística, intimista, sugestionadora, onírica, que te zambulle de lleno en Aquilonia y dota de empaque y emoción muchas escenas (como el hallazgo de la espada Atlantea, o...ver spoiler). Milius además la sabe emplear muy bien (no siempre ocurre que se use correctamente una BSO). Ya el famoso comienzo ("Prologue/Anvil of Crom") es extraordinario, con esa voz de otro mundo, esos rotundos tambores y cuernos y la belleza de los violines; y así toda la banda sonora, con peculiaridades en cada canción. Aunque no se llevó ni una triste nominación al Oscar (ni falta que hace) y falleció en 2006 no del todo reconocido, Poledouris ya es eterno y nunca caerá en el olvido.
La primera adaptación al cine de los relatos fantásticos de Robert E. Howard sigue siendo (pese a su poca fidelidad, dicen) la mejor. Dirigida por John Milius y con guión de éste y Oliver Stone, se caracteriza por su brutalidad, sus escasos y certeros diálogos, alguna sentencia lapidaria y una filosofía bizarra y hasta polémica; hoy día nadie haría una película así, a no ser que le dé igual que le tilden de reaccionario. Pero hablamos del gran Milius (los Coen se basaron en él para su Walter de "El gran Lebowski").
Con un meritorio diseño de producción, se rodó íntegramente en España: Almería (capital y playas, salinas y montañas de las cercanías, Roquetas, Gádor, desierto de Tabernas), Cuenca (Ciudad Encantada), Segovia (la nevada Valsaín), Ávila (las remotas y frías Solosancho y La Hija de Dios) y Madrid (Talamanca, Colmenar Viejo o Fuenlabrada, pues en una nave industrial de Cobo Calleja se contruyeron los enormes decorados para las escenas de interiores), durante 5 meses en 1981. La película resulta tan entretenida como espectacular, aunque algunos efectos especiales hayan envejecido regular (es parte de su encanto) y el reparto sea desigual, con sólo tres actores profesionales (los veteranos Max Von Sydow, James Earl Jones y Mako, colocados para "motivar" a los noveles) en medio de un circo de culturistas, jugadores de fútbol americano, surfistas y bailarinas, aunque la bella valkiria Sandahl Bergman cautive y enamore (ganó un Globo de Oro) y Schwarzenegger en su primer papel importante resulte un Conan idóneo, básicamente porque importan más sus músculos y no ha de hablar mucho (su mal inglés con acento austríaco era muy notorio).
Cuestión aparte es su legendaria banda sonora compuesta por ese infravalorado genio llamado Basil Poledouris, sin duda una de las mejores de la historia del cine. Afortunadamente no se impuso el criterio del productor (Dino de Laurentiis), que abogaba por el pop ochentero, y el greco-estadounidense entregó una música de corte clásico, sobrecogedora, épica, operística, intimista, sugestionadora, onírica, que te zambulle de lleno en Aquilonia y dota de empaque y emoción muchas escenas (como el hallazgo de la espada Atlantea, o...ver spoiler). Milius además la sabe emplear muy bien (no siempre ocurre que se use correctamente una BSO). Ya el famoso comienzo ("Prologue/Anvil of Crom") es extraordinario, con esa voz de otro mundo, esos rotundos tambores y cuernos y la belleza de los violines; y así toda la banda sonora, con peculiaridades en cada canción. Aunque no se llevó ni una triste nominación al Oscar (ni falta que hace) y falleció en 2006 no del todo reconocido, Poledouris ya es eterno y nunca caerá en el olvido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La brutal muerte de la madre de Conan, decapitada sin piedad por Thulsa Doom mientras el niño se queda cogido de su mano, en su "bautismo" con la vida; una de esas imágenes que ya no se hacen. El funeral de Valeria, incinerada cual vikinga, mientras Subotai llora por Conan, pues éste no lo hará. O en el final, cuando Conan decapita a Thulsa y tira su cabeza por la escalinata del templo, "despertando" del delirio a la secta, quedándose la gente como huérfanos de Doom, mientras suena, qué duda cabe, "Orphans of Doom/The Awakening". Imborrable.