Brian De Palma es un director y un tipo bastante peculiar y sus películas son un poco como él. Su carrera es algo irregular, aunque cuenta con algunas cumbres insuperables, como "Carrie" (1976), "El precio del poder/Scarface" (1983) y "Atrapado por su pasado" (1993). Para mí "Los intocables de Eliot Ness", tal vez su mayor éxito de crítica y público, no llega a ser genial, pero es una película enormemente disfrutable.

Estamos ante uno de esos casos en los cuales se pueden disculpar estereotipos, clichés, fallos de guión y situaciones inverosímiles en pro del disfrute de una película. Y es que "Los intocables", ficción de la lucha real entre el Departamento del Tesoro de EEUU y la mafia italoamericana basada en ciertos personajes reales, como Eliot Ness (1903-1957) y Al Capone (1899-1947), es un film peculiar, algo extraño, difícil de etiquetar. A ratos es hermoso, a ratos intrascendente, a ratos lírico y emotivo, a ratos vulgar, a ratos elegante, a ratos brutal, a ratos cómico...

Cuando la ví de niño me cautivó, y en las continuas revisiones mis reparos negativos han ido aumentando, sin embargo la sigo reconociendo como se merece y mi cariño por ella sigue intacto. No sé si por la genial sobreactuación de De Niro, famosa escena del bate incluida, o por la bonhomía que desprende el veterano y honesto policía irlandés Malone, el personaje encarnado por un impagable Connery (merecido Oscar) o por el elegante y evocador diseño de producción (vestuario de Armani incluido), o por la cautivadora música del Maestro Ennio Morricone, o por la secuencia de la escalera en la estación, o por el siempre morboso e inquietante poder de atracción de la mafia.

Por todo ello y más, uno perdona los agujeros de guión y situaciones concretas inexplicables, algunas frases que dan un poco de vergüenza ajena, Oscar Wallace, el ridículo contable que se convierte en "intocable", o ciertos personajes bastante desdibujados. Pese a todo, un 9.