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Voto de Quique Martín:
9
Thriller. Drama Verano de 1978. Ignacio Cañas (Marcos Ruiz) es un estudiante de 17 años introvertido y algo inadaptado que vive en Girona. Al conocer al Zarco (Chechu Salgado) y a Tere (Begoña Vargas), dos jóvenes delincuentes del barrio chino de la ciudad, se ve inmerso en una carrera imparable de hurtos, robos y atracos. Es la historia en la que Nacho se hace mayor, cruzando la línea que hay entre el bien y el mal, entre la justicia y la ... [+]
21 de diciembre de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las leyes de la frontera es una de esas películas que saben moverse, a la perfección, entre lo bonito y lo triste. Que hacen de la melancolía que impregna la propia historia su gran valedora y enarbolan esa bandera hasta las últimas consecuencias.

Partiendo de una historia que arranca desde un recuerdo (y creo, que este es el gran error de la cinta, dar demasiada información de cómo van a acabar las cosas desde el inicio) se nos detalla la historia de Ignacio, un joven de 17 años, de clase media, víctima de bullying que acaba formando un grupo con unos chicos que están haciendo sus primeros pasos en la delincuencia y las drogas.
A través de la mirada de "el gafitas", nosotros cómo espectadores vamos a asistir a esa espiral de violencia, robos y drogas a la que se va a ver inmerso pero, al mismo tiempo, a esas primeras experiencias de amistad y de amor. La cinta, que está muy bien escrita, sabe perfectamente manejar los tiempos para no dejar cojo ninguno de sus dos pilares fundamentales y pivotar de uno a otro con solvencia y maestría.

Al final del día, esta es una historia repleta de melancolía por un pasado que se fue y no volverá y por unas decisiones, tomadas seguramente demasiado pronto, que condicionan todas nuestras vivencias desde el mismo instante en que las tomamos.
Sinceramente, aunque nosotros no hayamos vivido nada de lo que ocurre en la cinta es muy sencillo empatizar con todos los personajes principales. Es fácil y simple entender cómo han acabado cada uno ahí arrastrados por esa gran corriente que forma la vida. Y eso, es la magia y el mejor "truco" del buen cine. Esa capacidad de "vivir" vidas que no son nuestras. De transitar por lugares dónde no hemos estado pero a los que, quizás, una mala decisión nos habría enviado sin remedio.

Poco más que añadir. Creo que esta es una muy buena película. Apoyada en un reparto que está sensacional y dirigida por un Daniel Monzón (Celda 211) al que yo, sinceramente, ya echaba de menos. Que gran saber hacer demuestra en cada una de sus historias.
En definitiva, más que recomendable película.
Quique Martín
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