Darren Aronofsky (Réquiem por un sueño, el luchador) es uno de esos directores/autores que no suelen dejar indiferentes a nadie. Cuyo cine se mueve en esa fina línea entre el amor del público y el odio/incomprensión hacía su cine.
En esta ocasión, creo que Aronofsky firma una de sus obras más accesibles y, al mismo tiempo, una de las mejores obras de toda su carrera.
Debo decir, eso sí, que aunque me parece más accesible que otras de sus obras, lo que no me parece es algo ni simplificado ni unidimensional. Si algo no se le puede reprochar al bueno de Darren es que sus películas sean unidimensionales y esta tampoco lo es. Y digo esto porque, precisamente, lo que creo que más caracteriza al cine del director estadounidense es esa capacidad de ir agregando capas a sus largometrajes que parecen casi una Matrioshka. Realizando, casi siempre, unas fieles y muy duras lecturas de la psique de sus personajes que están tan plagados de matices que es muy fácil empatizar con ellos aunque nosotros, como espectadores, estemos muy alejados de su forma de ser o de pensar.

Centrándonos ya en Cisne negro, la película trata sobre como una joven bailarina de ballet, a la que da vida Natalie Portman, vive enfrascada en una búsqueda enfermiza e insana por la perfección. Su mente está completamente focalizada en ser perfecta y en conseguir hacer la mejor interpretación de la reina cisne de "el lago de los cisnes" obra que interpreta. Además, vemos que su ambiente familiar tampoco es sano y que vive en una opresión constante por esa madre como figura de control a la que da vida brillantemente Barbara Hershey y cuyos efectos en todo este castillo de naipes están empezando a notarse en la mente de nuestra joven protagonista.

Aronofsky, que es muy inteligente, se mete a jugar con el espectador haciendo que nosotros también tengamos dudas de que tomas son "reales" y cuales son ficción. Ese juego, tan bien trazado y que realiza un paralelismo con la propia obra que se interpreta en la cinta, creo que es claramente el mayor acierto de este largometraje tan descomunal.
La película va por fases y las va escalando en ese juego que citaba anteriormente cada vez más, hasta el punto de pasar del thriller psicológico a llegar a coquetear claramente con el cine de terror y sabiendo hacerlo francamente bien.

Por último, y quizá lo que más se recordará de esta película esta su reparto. Mila Kunis, Vincent Cassel, Winona Ryder o Barbara Hershey hacen excelentes papeles merecedores de elogios. Pero si alguien merece aquí todos los aplausos cuando baja el telón es Natalie Portman. Su actuación es simplemente sublime en todos los niveles posibles. Realizando un papel que, además, no tengo dudas de que debió ser extenuante tanto física (ojo como baila) como psicológicamente. Ella es la pieza que más brilla en esta función y demuestra que no solo el Oscar era completamente merecido (de hecho, me parece una de las mejores actuaciones de este siglo, sino la mejor) sino que su talento parece no conocer límites (cosa que me lleva a preguntarme, cómo ha elegido tan mal algunos de sus proyectos los últimos 12 años).

En definitiva, y por no alargarme más. Creo que Cisne negro es una obra maestra absoluta y que está tan bien hilada y trenzada desde el guion y la dirección que es muy sencillo caer rendido a sus pies cuando aparecen los títulos de crédito. Es opresiva, dramática y profundamente psicológica durante la mayor parte del tiempo y sabe ser terrorífica cuando lo necesita. Simplemente espectacular.