Haz click aquí para copiar la URL
España España · Oviedo
Voto de babayu:
8
Drama La sucursal española de una empresa americana se ve obligada a prohibir el tabaco en sus oficinas. Los que quieran fumar en horario laboral deberán hacerlo en la calle. Ramírez, uno de los empleados, empieza a reunir firmas para que se utilice un despacho desocupado como sala de fumadores. En principio, todos parecen estar de acuerdo, pero a la hora de la verdad pondrán todo tipo de excusas para no figurar en esa lista; en cambio, ... [+]
22 de noviembre de 2008
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un auténtico descubrimiento; me ha fascinado cómo, con cuatro duros, se puede presentar un producto tan redondo como éste. El argentino Wallovits y el catalán Gual confeccionan una obra que podría haber sido muy teatral, si no fuera porque la cámara es arte y parte en la estructura narrativa de lo que nos están contando.
Con ciertos toques "mametianos", al igual que otras muchas referencias (el diálogo de Alien nos recuerda inevitablemente a los que podría mantener cualquier personaje de Tarantino), los guionistas y directores presentan una serie de situaciones, con el pretexto de la lucha del personaje de Ramírez para conseguir una sala de fumadores en esa sucursal española de una multinacional, en las que los personajes, siempre pareados, de dos en dos, mantienen diálogos aparentemente intrascendentes, pero cargados con esa filosofía de bar que a veces es tan peligrosa. Durante estas conversaciones, desarrolladas a lo largo de toda la peli, podemos conocer un poco a cada una de esas personas, intuyendo pequeños aspectos de su vida, pero lo que nos queda claro es que, como se dice en un determinado momento, nadie conoce a nadie, no te puedes fiar de las intenciones del compañero, aunque lleves años y años sentado a su vera.
Esa visión un tanto nihilista de la comunicación, o más bien, de la incomunicación entre los trabajadores de esa empresa, creo que es el eje central de la obra, junto a la soledad, que se agranda cuando realmente esas conversaciones pareadas son realemente monólogos, uno habla para escucharse, sin apenas dar importancia a tener a alguien enfrente.
Hay dos escenas que encuentro fascinantes: la primera, cuando Ramírez y Enrique (el genial Dechent) están en la azotea, y éste último estalla, contándole a su compañero sus problemas.
La segunda es cuando Ramírez y los cuatro que firman la hoja solicitando esa "smoking room" se reúnen, que me parece un excepcional relato de cómo la cobardía de la masa se impone sobre la individualidad.
Por supuesto, destacaría ese magnífico uso de la cámara, esos primerísimos planos, zooms y movimientos, que podrían desconcertar al espectador y asustar a los actores, pero todo el elenco está impresionante. También me gusta que no haya música, salvo el Hoy Puede Ser un Gran Día de Serrat, que acompaña la última escena y los créditos finales.
babayu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow