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España España · K-PAX
Voto de PROT:
10
Aventuras. Western Después de desertar de la guerra entre Estados Unidos y México y hastiado de la civilización, el soldado Jeremías Johnson decide dejarlo todo y establecerse en las inhóspitas Montañas Rocosas. Se establece en un territorio dominado por los violentos indios Crow, donde, con la ayuda de un viejo trampero, aprenderá a sobrevivir en durísimas condiciones. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2008
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi sueño dorado, o mi fantasía inalcanzable, si es que hay diferencia entre ambos conceptos, es tener una casa de dos plantas en las Montañas Rocosas. No una cabaña rústica como la de Jeremías Johnson, que no pienso que todo lo que el hombre ha conseguido con el tiempo ha sido malo, pero sí con el menor número de adelantos tecnológicos posibles entre los haberes de la casa.
Mi fantasía inalcanzable, o mi sueño dorado, si es que hay diferencia entre ambos conceptos, es consecuencia ineludible de la factura de LAS AVENTURAS DE JEREMÍAS JOHNSON, una joya cinematográfica de Sydney Pollack que me tiene embrujado desde la primera vez que la vi, allá por los irrepetibles años de la segunda mitad de la década de los ochenta.
Colocando en el centro a su amigo y durante mucho tiempo actor fetiche Robert Redford, crea Sydney Pollack uno de los universos de ficción más ricos y pintorescos imaginados durante el Siglo XX: la fiel y agradecida Swan, el excéntrico Del Gue, el callado Caleb, el introvertido Bear Claw, el congelado Hazel Jack, la trepidante y cantarina mujer loca...
Es un western atípico LAS AVENTURAS DE JEREMÍAS JOHNSON, pero quizá sea el mejor. Un hombre cansado de una de tantas guerras decide poner un punto y aparte en su vida y emprende la conquista de la montaña sin saber que, acaso, la montaña lo va a conquistar a él. Navegando sobre una deliciosa partitura y disfrutando con una fotografía con mucho más de divino que de humano, el espectador atraviesa junto a Jeremías por todas las etapas por las que una persona de ciudad atravesaría en un hábitat si no hostil sí, cuando menos, extraño: inexperiencia, frustración, adaptación, embelesamiento, institucionalización.
No hay en LAS AVENTURAS DE JEREMIAS JOHNSON una escena de más ni una escena de menos y toda la cinta respira un aire de insaciable anhelo: un anhelo infinito y posiblemente acentuado porque el hombre no puede en ningún caso engañar a la montaña. LAS AVENTURAS DE JEREMÍAS JOHNSON entretiene y educa: muchas veces, de no ser por la Naturaleza, el ser humano no cobraría conciencia de su propia pequeñez. Y es conveniente revisar esta película de vez en cuando: así uno mantiene fresca la capacidad para emocionarse, así uno puede constatar que también éramos felices sin tanto futurismo por todas partes y así uno puede acordarse de que es bueno mantener la llama de los propios sueños o de las propias fantasías.
Que los sueños y las fantasías son para lucharlos. Y que la lucha por los sueños, la lucha por las fantasías, reporta siempre muchísima felicidad.
PROT
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