Hay partes de los libros de Michael Crichton que son interesantes, otras que no son interesantes y partes inaccesibles, que son aquellas en las que, a fuerza de datos técnicos, científicos, le hace creer al lector torpe (yo soy el más torpe) que lo escrito tiene un fundamento de verdad. De verdad de la buena.
Rescate en el tiempo, que es el libro de Michael Crichton que se adapta en TIMELINE, cuenta con un inicio atractivo, un planteamiento asumible y un anzuelo irrenunciable: la mágica Edad Media. Pero luego, porque los personajes se salen de las carcasas, porque el todo termina haciendo aguas, se convierte la novela en algo, apenas, tolerable.
La película, con arqueólogos de pacotilla que se chocan la mano igual que jugadores de baloncesto, con un vestuario de chinchimirinchi y actores pseudoconsagrados que no encajan ni de lejos, no termina haciendo aguas. Las hace desde el principio.