William Tucker, dueño de una decadente tienda de guías turísticas, hombre divorciado, apocado y flojeras, se encuentra por casualidad con la más rutilante estrella femenina del panorama cinematográfico internacional, de la que se enamora perdidamente.
Dejando de lado las circunstancias que rodean al fortuito e inverosímil encuentro entre ambos, la cinta soporta el desarrollo de la respuesta a una cuestión universal: ¿puede un hombre corriente forjar una historia de amor con la más importante actriz del momento?
NOTTING HILL, que es quizá junto con Cuatro Bodas y Un Funeral el máximo y más divertido exponente de la comedia británica y romántica de la década de los noventa, cuenta como reclamos más interesantes con una magnífica Julia Roberts, con un siempre balbuceante Hugh Grant, con un elenco de secundarios agradable y variopinto y con un Rhys Ifans desternillante que protagoniza hablando de Pandora una de las escenas más simpáticas que se recuerdan.
NOTTING HILL, que resulta a la sazón una película sana y bonita, es absolutamente imprescindible y extraordinariamente recomendable para transformar tensiones en instantes plácidos y apacibles de serenidad total. Sea cual sea la perspectiva.