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España España · Pamplona
Voto de Edgar:
6
Comedia Basada en las memorias del productor Art Linson (guionista del filme). Un productor de Hollywood (De Niro) intenta conservar su dignidad profesional frente a la implacable maquinaria de los grandes estudios. Durante dos frenéticas semanas, tendrá que hacer juegos malabares para solucionar los más descabellados problemas tanto en su trabajo diario como en su vida personal. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2009
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador de películas tan insignes como El mejor, Sleepers o Rain Man, Barry Levinson, dirige esta comedia con intenciones satíricas sobre los entresijos del mundo de Hollywood, basada en las vivencias de Art Linson, productor de films como Heat o El club de la lucha.

Hablaba de las intenciones. Sí, ciertamente hay más comedia que sátira, lo que quizá decepcione a aquellos que esperaban un relato ácido y mordaz. Pero es que el guión es algo pobre, ya que sólo llega a profundizar en el papel del protagonista, un buen Robert de Niro que parece recuperarse tras participaciones muy por debajo de sus posibilidades como El escondite o El enviado.

El argumento es un clásico: cine sobre cine, aunque queda bastante por debajo de la magnífica El crepúsculo de los dioses, posiblemente el mejor largometraje basado en dicha premisa. De ahí que su salvación provenga del magnífico reparto coral contratado, exceptuando la inexpresiva Kristen Stewart de Crepúsculo, por supuesto. Al ya mencionado de Niro se unen nombres de la talla de Sean Penn, Robin Wright Penn, Catherine Keener, John Turturro... Y dejo al mejor para el final: un divertidísimo Bruce Willis que se ríe de sí mismo en un rol autoparódico, interpretando con muchísima gracia a una estrella de cine con un ego más grande que el edificio Nakatomi Plaza, que está a punto de cargarse toda una producción simplemente porque no quiere afeitarse. Por lo visto la anécdota está basada en algún problema con Alec Baldwin surgido en el rodaje real de El desafío, película producida, por cierto, por Art Linson.

A pesar de que el relato, indefectiblemente, deja una sensación final de lo que pudo ser y no fue, hay que reconocer que entre el dinámico montaje, el estresante ritmo narrativo y ese fenómeno llamado Bruce Willis, Algo pasa en Hollywood es una película bastante divertida y entretenida, considerada film menor teniendo en cuenta el curriculum de Levinson, pero más que aceptable para pasar un buen rato.
Edgar
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