Entretenido film de terror basado en la brujería autóctona de la región de Nueva Orleans. En forma de thriller, funciona bastante bien enganchando al espectador con una trama que no pierde el tiempo en trivialidades, centrándose en los extraños sucesos que ocurren dentro de una casa, con diversas secuencias que llegan a asustar. Y aunque el final es ciertamente efectista, no se puede considerar una trampa para el público ya que durante todo el metraje se dan pistas sobre lo que será el desenlace. Kate Hudson está justita, ya que no termina de transmitir todo por lo que pasa su personaje; algo parecido sucede con el resto del reparto, salvo John Hurt, que interpreta de forma solvente a un enfermo terminal. En una época en la que el género del terror experimenta un enorme bache, encontrar un producto que haga pasar un buen rato en lugar de aburrir soberanamente es todo un hallazgo.