Por eso es por lo que esté tipo de películas siempre resultan efectivas a la mayoría del público. Y en lo que al tema amoroso se refiere, estoy muy de acuerdo con que las historias fugaces, que no pudieron llegar a consagrarse del todo, perduran en el recuerdo con mayor intensidad y poseen una belleza particular, que va de la mano del dramatismo. Es una sensación psicológica de la que es difícil librarse, pero si uno se para a pensar, en realidad tan sólo es un espectáculo que, de forma deliberada, pretende causar un efecto determinado en el espectador. Pero eso sucede con todas las películas y no tiene porque ser malo. Aquí la elección es contar un suceso trágico, (al igual que podría haber perfectamente sido una comedia) el cual es servido de un modo un tanto gratuito y caprichoso, sin una exigencia narrativa concreta detrás. ¿Cuál es por tanto la intención de esta película, hacer que el espectador se preocupe por la muerte, que tenga miedo o que se ponga triste? ¿Acaso es necesario infundirle este tipo de pensamientos? La elección acerca de si mantener un estado de ánimo óptimo o no es ya elección personal de cada uno, supongo que habrá tiempo para todo, tanto para reír como para llorar, pero en cualquier caso me parece que la película está bien hecha, dirigida y doblada, aunque comparto hasta cierto punto la opinión de los que dicen que el enamoramiento no está muy desarrollado y que los protagonistas a veces puedan resultar algo repelentes (para mí él peca con mayor frecuencia de inmaduro). Pero me quedo con el tono adulto que se le imprime a la narración de los acontecimientos, es una obra seria que luce bien, y en contra de lo que pueda imaginarse más de uno, no le concede ni un solo instante a cualquier recreación morbosa que una enfermedad terminal pueda dar de sí, de hecho el tratamiento que se le da al tema es discreto y elegante, es abordado casi de una forma imperceptible.